𝙃𝙤𝙮 𝙚𝙨𝙩𝙖𝙧á𝙨 𝙘𝙤𝙣𝙢𝙞𝙜𝙤 𝙚𝙣 𝙚𝙡 𝙋𝙖𝙧𝙖í𝙨𝙤 | 𝙎𝙚𝙘𝙘𝙞ó𝙣 𝘼

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"La muerte no es más que un viaje, semejante al que realizan dos amantes al separarse para atravesar los mares.
Como aún se necesitan, ellos siguen viviendo el uno en el otro y se aman en una realidad omnipresente. En dicho divino espejo, se ven cara a cara y fluye su conversación con pureza y libertad.
Tal es el consuelo de los amantes:
Aunque se diga que han muerto, su amor y su compañía no desaparecen, porque éstas cosas son inmortales."

🌻

[...]

_Dos días _ interrumpió_ Voy a darte dos días para pensar si quieres pasar conmigo el resto de tu vida. De nuestras vidas. ¿Serán meses, años? No lo sé.

Acarició su rostro con dulzura, le dio un beso en la frente y completó:

_Por favor no me llames hasta que estés seguro. Si quieres _ dijo_ puedes no llamarme más. De todas maneras voy a guardarte en mi alma para siempre, eres una persona muy especial, Joe. Pero si te quedas conmigo, no quiero estar con una persona que me duela en vida. Si estamos juntos, la muerte no va a ser tema de conversación cotidiana. Tú escoge.

El castaño-rojizo se levantó de su asiento para envolver en sus brazos a la rubia, abrazandola como si fuese la última vez que la vería, para conservarla siempre en sus brazos. La muchacha correspondió dejando que las lágrimas cayeran dulcemente de sus ojos y empaparan la camisa del hombre

_Te amo. Te amo con todo el alma y no necesito pensarlo, Vic. Quiero quedarme contigo en vida y en muerte también _ habló entre llantos

_Si no lo haces por ti, hazlo por mi. Piénsalo bien, Joseph.

Victoria tomó su bolso y se encaminó hacía la puerta. Él la miró, le suplicó con la mirada que no se vaya y que se quede con él, la miró y supo con tanta certeza como si ha de morir en ése instante, que la amaba más que nada que haya visto o imaginado en la tierra.

_También te amo, cielo mío. _ habló antes de dejar el departamento.

Al oír el sonido que emite cerrojo de la puerta al cerrarse, aquel enfermo cerró sus ojos con fuerza dejándose caer en el suelo. Lloró y sollozó hasta que su mirada estaba de un color rojizo y sintió que su cabeza moría de dolor.

𝐓𝐡𝐞 𝐟𝐞𝐚𝐭𝐡𝐞𝐫 𝐩𝐢𝐥𝐥𝐨𝐰 | 𝐉𝐨𝐞 𝐌𝐚𝐳𝐳𝐞𝐥𝐥𝐨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora