Tuve que a analizar a que olía Joe y llegue a esa conclusión. Díganme cual piensan que es el aroma de nuestro niño...
Y lamento que el título no tenga la tipografía propia de la historia. Es sólo que éste teléfono no me deja. Cuando tenga el mío, lo arreglo.
Lo prometo.¡Qué lo disfruten, mis amores! <3
Lindo día, tarde o noche.-Claire🍒✨
__________《 Bajo el sol de medianoche los sueños tienden a ser colores. 》
-Vladimir Nabokov.
Lolita.🌻
Victoria empacaba con emoción lo que recientemente habia sido mudado al apartamento ajeno en una pequeña valija color oscuro. Tarareaba con pasión las melodías que se presentaban mezcladas en la radio; de distintas épocas y distintos géneros.
Tomó su vestido más simple y bonito y amagó a guardarlo en el equipaje, solo que antes pensó como se vería desfilando en su piel. Se lo colocó con destreza y se observó en el espejo de cuerpo completo.
Ciertamente lo lucía. Sin embargo, no le fue fácil ignorar las marcas que conllevaba su piel.Su anatomía no podía permanecer mucho tiempo de pie ya que el agotamiento era extremo; sentó su cuerpo y notó como su color se blanqueaba, volviéndose más venoso y pálido.
Tensó la boca haciendo una mueca y recordó la noche anterior, cuando a mitad de la madrugada Joseph despertó sin aire, con náuseas y taquicardia. Repetía 《¡Me duele! ¡Victoria, duele!》 Mientras pequeñas lágrimas se paseaban por su apagado rostro, jurando que si no moría allí mismo era por pura suerte y fortuna.Y así cada noche por parte de ambos enfermos. Desde pesadillas que tenían como respuesta una abrazo tranquilizador por la espalda o idas rápidas al hospital, donde le repetían que su sufrimiento era normal.
Quizá la muchacha no sufría tanto. Quizá ella era más fuerte que Joseph o menos demostriva.Dejó su antiguo hogar para mudarse con su pareja. Aún así existía la posibilidad de que sea por el simple motivo de no preocupar a los padres.
Pues un dolor comparado al de morir es el de ver morir a tu hijo y no poder hacer nada al respecto.
Y, a una sinceridad extremista, Victoria ya estaba cansada. Ya se había rendido hace mucho.
Ya se había cansado de las quimioterapias; del próximo catéter; de los hematomas; de los doctores que le decían que no pare, que siga, que ella tenía porqué; de ver el constante sufrimiento del hombre que amaba, quien lloraba y maldecía pero seguía junto a su amor ante toda adversidad.
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𝐓𝐡𝐞 𝐟𝐞𝐚𝐭𝐡𝐞𝐫 𝐩𝐢𝐥𝐥𝐨𝐰 | 𝐉𝐨𝐞 𝐌𝐚𝐳𝐳𝐞𝐥𝐥𝐨
Storie brevi𝐂𝐮𝐚𝐧𝐝𝐨 𝐜𝐫𝐮𝐳𝐨 𝐦𝐢𝐬 𝐦𝐚𝐧𝐨𝐬 𝐘𝐚 𝐜𝐚𝐧𝐬𝐚𝐝𝐚𝐬 𝐲 𝐩á𝐥𝐢𝐝𝐚𝐬, 𝐒𝐨𝐛𝐫𝐞 𝐞𝐥 𝐫𝐮𝐛𝐢𝐨 𝐫𝐞𝐠𝐚𝐳𝐨 𝐃𝐞 𝐦𝐢 𝐝𝐞𝐬𝐢𝐥𝐮𝐬𝐢ó𝐧 𝐂𝐨𝐧𝐬𝐮𝐥𝐭𝐨 𝐥𝐨𝐬 𝐢𝐧𝐬𝐭𝐚𝐧𝐭𝐞𝐬 𝐝𝐞𝐥 𝐫𝐞𝐥𝐨𝐣 𝐜𝐨𝐦𝐩𝐚ñ𝐞𝐫𝐨 𝐐𝐮𝐞 𝐜𝐨𝐧...