𝙉𝙤𝙩 𝙩𝙤𝙙𝙖𝙮 | 𝙎𝙚𝙘𝙘𝙞ó𝙣 𝘼

56 13 4
                                    

"Y todos bailaremos al ritmo de la melodía de tu muerte, nos amaremos de nuevo, nos reiremos de nuevo. Y es mejor de ésta manera."

-My Chemical Romance.

🌻

Joe rascó su piel hasta lastimarse pero maldijo al notar que no iba a cicatrizar bien, pues ya casi no tenía fuerzas. Si el estar recostado en una camilla hospitalaria ya es una experiencia terrible, estar del otro lado, en el mórbido y frío pasillo, esperando los resultados de un ser amado debe ser peor.
Su pierna se movía en un vaivén continuo, tan desesperado; ya no le quedaban uñas por morder; la ansiedad lo consumía de manera increíble hasta que notó la presencia de los señores Burton corriendo a su dirección. Pues ahí, su ansiedad pasó a ser temor.

_¡Joe! Oh cielo..._ exclamó la señora Alice al mismo tiempo que lo asfixiaba en un abrazo_ ¿Qué pasó?

Sam palmeó la espalda del muchacho con cierto cariño._ No fue tu culpa, hijo. La enfermedad ha consumido a Victoria por años, en algún momento debía mostrar algún avance.

Joe asintió desanimado. El matrimonio tomó asiento junto al chico, entrelazando sus manos como en algún momento hubiesen hecho él y Victoria. El silencio se presentó de manera profunda y tranquila, pero no incómoda. Sólo podían oírse los incesantes lloriqueos de bebés y los sollozos de las personas. Joe inspiró profundo y murmuró un 《Iré por café ¿necesitan algo?》 A lo que Alice Cooper solo negó con sus labios encurvados.
Mazzello se encaminó por el pasillo del primer piso, dirigiéndose hacia el segundo donde se hallaba la tan preciada máquina.

En su odisea, pasó por la Unidad de Quemados y por Terapia Intensiva, preguntándose cuanto faltaría para que lo ingresaran allí. El olor penetrante del desinfectante y la muerte caló sus sentidos, obligándolo a fruncir el ceño hasta llegar a la máquina. Al hacerlo, un hombre de traje negro yacía antes que él, por lo tanto, se colocó detrás suyo.

Joseph divagaba en sus pensamientos cuando el desconocido volteó para observarlo, mientras, paulatinamente, tomaba su café.

_¿Cómo estás, Joe?_ habló el hombre.

Mazzello le prestó atención y palideció al ver al joven. Alto y blanco como la nieve, cadavérico y casi transparente. Le sonreía con una curvatura que parecía burlona erizando así cada vello de su cuerpo. Yacía parado frente a él, con una mirada terriblemente escalofriante.

𝐓𝐡𝐞 𝐟𝐞𝐚𝐭𝐡𝐞𝐫 𝐩𝐢𝐥𝐥𝐨𝐰 | 𝐉𝐨𝐞 𝐌𝐚𝐳𝐳𝐞𝐥𝐥𝐨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora