Capítulo II

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Junio 2019

Eran casi las 2:00 am y aún no había terminado el cortometraje que tenía para mi clase de medios visuales, seguía intentado con varias tipografías y ninguna me convencía para ponerla en los créditos, era solo un detalle, pero solía ser muy perfeccionista con todos mis trabajos, sobre todo en esta clase, pues quería ser parte de la producción del festival de verano que se llevaba a cabo la primera semana de Julio, y el encargado de montar todo el contenido audiovisual este año era mi profesor de dicha materia. Cuando por fin conseguí el resultado que quería me fui a la cama.

-Amiga te ves terrible – saludo la morena alta a mi lado, mientras pasaba su brazo por encima de mis hombros.

-Hola, estoy bien, gracias por preguntar Teresa- respondí fingiendo estar molesta.

-Katri, sabes que lo digo con amor- sonrió.

Seguimos caminando por los largos pasillos del instituto, lugar donde ambas estudiábamos artes, yo con énfasis en producción de medios audiovisuales, mientras que Teresa se enfocaba en las artes escénicas. Al llegar al salón 305, noté que el profesor Miguel no había llegado, él era profesor de planta y dictaba literatura básica, una de mis clases favoritas, su ausencia fue algo extraño, ya eran las 9:15 y solía ser muy puntual, me senté junto a la ventana contemplando el hermoso día que el cielo azul despejado prometía.

-Queridos alumnos – saludo la monitora entrando al salón- como algunos de ustedes saben, el profesor Miguel no continuará dictando esta clase- pauso por un momento y aclaro su garganta – ha sido un infortunio, pero su padre falleció, y su madre está sola en Holanda así que tomo la decisión de posponer el curso hasta fin de año- hubo un silencio en toda la sala, mire a Teresa y tenía la misma expresión que yo, tristeza, Miguel era una gran persona y una situación tan desafortunada de seguro no le haría nada bien – Sin embargo, otro profesor de reemplazo vendrá pronto y terminara el curso con ustedes.

Al salir se escucharon algunos murmullos, me preguntaba quién podría tomar un curso a mitad de año, no quería ser prejuiciosa pero no sabía si el nuevo profesor sería igual de dedicado como lo era Miguel. Decidí aprovechar la espera del nuevo maestro para seguir con el ensayo que aún no terminaba, estuve tan concentrada en mi trabajo que no me fije cuando entro el reemplazo de Miguel, no fue hasta cuando un pequeño susurro de Teresa me hizo volver a la realidad

– si ese es el nuevo, ya no quiero a Miguel- Dijo la morena mientras sonreía de manera coqueta.

Levante mi mirada y lo vi, era alto, tenía cabello negro un poco ondulado, una piel blanca que contrastaba a la perfección con sus pobladas cejas, no pude ver sus ojos pues la luz de la ventana se reflejaba en los lentes redondos que estaba usando, tenía un aura de chico malo, sin embargo, estaba vestido de manera formal, combinando un buzo tejido gris con un pantalón clásico negro, era realmente atractivo, dejo sus cosas en el escritorio y prosiguió a escribir su nombre en la pizarra, Marco Rosell.

-Buenos días a todos, mi nombre es Marco, tengo 25 años, soy graduado en literatura y actualmente trabajo como editor de pequeños libros, en su mayoría literatura francesa, conocí a Miguel cuando ambos estábamos en el instituto y bueno, en una situación tan desafortunada creí que seguir con su clase sería una buena manera de mostrar mi apoyo, seré su profesor por los meses que quedan, estaré disponible para cualquier duda sobre la clase, dentro o fuera de ella, respetando los horarios de atención claro, espero conocerlos a todos y poder entablar una buena relación con cada uno de ustedes- su voz era grave y ronca.

- Esto podrá sonar un poco escolar pero dada la situación y con el poco tiempo que tenemos para conocernos, me gustaría que se presentaran, dijeran su nombre, edad, y algún otro dato que dejare libre a su preferencia- finalizo dando paso al primer estudiante que estaba justo al otro extremo del salón.

Éramos bastantes en la clase así que decidí continuar con mi tarea hasta que llegara mi momento de presentarme, luego de unos quince minutos ya solo faltaba una persona antes de mi turno.

-Mi nombre es Katrina y tengo 20 años- estaba a punto de sentarme cuando Marco se levantó de su lugar y se acercó un poco más a la parte en la que se encontraba mi asiento, fue en ese momento cuando por primera vez pude ver sus ojos de manera clara, ya que con la cercanía el reflejo de la ventana había desaparecido.

- Bueno señorita Katrina, ya que no añadió ningún otro detalle a su pequeña descripción, me tomaré el atrevimiento de preguntar, espero no le moleste ¿usa lentes de contacto? – su pregunta no me tomo por sorpresa, desde niña era algo usual que la gente dudara si mis ojos eran realmente de ese color.

- No, no señor. Tengo heterocromía – esta es una anomalía en los ojos que había heredado de mi abuelito paterno, mi ojo derecho era azul oscuro, mientras que el izquierdo era azul claro, no contrastaba tanto como otros casos de heterocromía que había visto, sin embargo, no pasaba desapercibido.

Tome el autobús y llegue a mi casa, el día había terminado como de costumbre, sin embargo, había algo que no podía sacar de mi mente, esos ojos negros de mi nuevo profesor, mas allá de la profundidad que emanaba de ellos, no tenían nada de extraño, pero por alguna razón repetía una y otra vez su imagen en mi mente.

***

Desperté con la respiración agitada, mi pecho bajaba y subía de forma acelerada e irregular, estaba sudando y no podía tranquilizarme, había recordado esos ojos, hoy no era el primer día que los contemplaba, el 24 de abril del año pasado ya los había conocido. 

UnknownDonde viven las historias. Descúbrelo ahora