Capítulo IV

39 1 1
                                    

Camino a casa no deje de pensar en Marco, la verdad era una persona muy amable, y no parecía recordarme, lo cual me confirmaba aún más mi teoría, Marco era solo un profesor, sin ningún macabro secreto.

Paso la semana siguiente sin ningún imprevisto, ya casi terminaba los preparativos para el festival de verano que sería el viernes de la siguiente semana, Marco era muy comprometido y tenía unas ideas geniales así que trabajando juntos estábamos avanzando muy rápido.

Justo hoy tenía su clase, literatura básica, para la cual teníamos que investigar sobre alguno de nuestros poetas favoritos.

-Ya que nadie quiere empezar- hablo Marco luego de unos minutos esperando que alguien se animara a compartir su investigación- Señorita Teresa coméntenos que poeta escogió.

Mi amiga estaba con la cabeza gacha, me había comentado al inicio de la clase que había tenido una noche terrible y se le había olvidado hacer su tarea.

Teresa me miro de manera angustiada y formulo un ayúdame con sus labios.

-Yo quiero comenzar- dije atrayendo la mirada de todos, mientras Teresa me daba las gracias.

-Bien Katrina, gracias por la iniciativa- comento Marco.

- Investigué sobre Pablo Neruda, era un poeta y político chileno, lo conocí por su obra "confieso que he vivido"- continúe compartiendo algunos detalles de mi investigación hasta que Marco me interrumpió sutilmente acercándose un poco más a mí.

-Para mi próximo truco, necesito que me beses y haré aparecer mágicamente mariposas en tu estomago- dijo mientras me miraba fijamente.

- ¿Disculpe? - tartamudee mientras sentía como mis mejillas le daban la batalla a mi cabello para saber cuál era más rojo.

-Es una frase de Pablo Neruda, una de mis favoritas si se me permite mencionar- dijo sin quitarme la vista de encima y pude ver como la comisura de sus gruesos labios formaba una pequeña sonrisa burlona.

- Oh claro, era un gran escritor- dije mientras intentaba actuar lo más normal posible.

- Puede sentarse señorita Katrina, gracias por su aporte- dijo Marco mientras caminaba hacia la pizarra.

Toda el aula quedo en silencio, por un momento quise que me tragara la tierra y me escupiera en lo más remoto del planeta.

-Todos sentimos la química entre ustedes- susurro Teresa a mi lado.

-No sé de qué hablas- me limité a decir mientras miraba a otro lado.

La clase continuo normal, y nada más sonó el timbre yo literalmente corrí para salir de ese tenso lugar, entre al baño y me moje un poco la cara, con mi mirada en el espejo contemple mi cabello rojo rizado y algunas pecas en mis pómulos, me veía más cansada y pálida de lo normal, seque mi rostro y al salir tropecé con alguien y todas sus cosas cayeron.

-Lo siento no me fijé- dije recogiendo las cosas del suelo.

-No te preocupes, iba distraído también- subí mi vista y me percaté que era Marco quien hablaba- Katrina ya que te encuentro, quería decirte que nos viéramos en la cafetería central, saliste tan rápido del salón que no tuve tiempo para comentarte.

-Estaba un poco apurada- dije intentado disimular la pena que aun tenia- ¿podríamos vernos más tarde hoy?, tengo que ir a buscar algunos discos al centro comercial.

-Si quieres te puedo llevar, hoy no tengo mucho que hacer y aprovecho el tiempo de camino para comentarte algo que se me ocurrió anoche mientras miraba el video.

UnknownDonde viven las historias. Descúbrelo ahora