Hace diez años paso, hace diez años ella llego a su vida.
Hace diez años los dioses le dieron un regalo.
Aún recuerda como ella llego a su vida, aún recuerda lo joven que era para esa época, tan solo un chico de 21 años. Recuerda que esa noche el estaba ya casi finalizando la construcción de su actual hogar, algo ostentoso, fino y hermoso. Recuerda que vio, lo que él creyó un meteorito, no le prestó atención pero luego noto un pequeño destello, era un rayo que apuntaba la dirección donde esté meteorito callo. Creyó en su momento que era una señal de los dioses y valla que no se equivocó.
El meteorito callo sobre una colina y pronto se haría de noche, así que pensó en dejarlo y mañana iría a ver, pero algo en sus adentros no lo dejaba volver a su casa, la curiosidad lo carcomía, fue corriendo y defendiendo de cuánto zombie o esqueleto se le atravesará, a escudo y espada llegó a ese claro en la colina, dónde vio que habían un montón de flores moradas y en el centro de estás un pequeño bulto blanco que parecía respirar.
Por un momento pensó que lo que había caído era un alien y un ovni lo había desechado, empuñando su espada de diamantes levanto levemente esa manta en la que estaba envuelta la criatura.
Grande fue su sorpresa al encontrar una niña dormitando, no se veía mayor a los 6 o 5 años, era hermosa, tenía una piel pálida y un cabello rubio cuál oro algo corto, pronto la pequeña abrió los ojos, mostrando que estos eran color avellana, sus mejillas tenían un pequeño color rojo natural, no se veía incómoda, es más, se veía confundida, no hablo, no grito solo se trató de levantar con dificultad, dejando al descubierto que aquella criaturita estaba desnuda.
Ni lento ni perezoso se quitó la chaqueta que llevaba y envolvió a la pequeña. La niña no podía mantenerse en pie así que se aferró a Vegetta, no tenía miedo, solo estaba confundida, realmente confundida.
-¿Dónde están tus padres? ¿Estás sola?-Pregunto extrañado-¿Cómo llegaste aquí sola?-.
Era principios de primavera y aún hacía frío en el aire, la pequeña no respondió y en su lugar, tembló un poco más en su lugar ladiando extrañada la cabeza.
-¿No....sabes hablar?-La pequeña desentendida y siendo sujetada por Vegetta comenzó a tocarle la cara, el agarre de la niña era delicado pero sus manos estaban frías.
-Debo llevarte a algún lugar pequeña-Miro el cielo buscando respuesta y lo que primero se le ocurrió fue hablarle al aire-Dioses, está niña...-Y como si la respuesta le cayera del cielo completo la frase-¿Quieren que la cuide?-Y como respuesta, mirando la cara de la niña recibió una pequeña risita, la risita más dulce que en su vida escucho-No les fallare-Susurro al aire.
Cargando a la niña y está aferrándose a él se la llevó, cubrió su cabeza con la manta con la que había llegado y ajustando mejor su chaqueta en ella se encargó de que el frío no le entrara tanto.
-No tienes nombre ahora que lo pienso-No recibió respuesta, la niña estaba calmada aferrándose a sus hombros-Como te encontre en el claro de una colina, te llamaras Liquet-No hubo respuesta-Pero te diré Ovni, va más con tigo mi niña-El camino a casa de Samuel fue bastante tranquilo, ni una araña apareció en su camino, y como si fuera obra de los dioses las hadas los acompañaban iluminando el camino ya algo oscuro, al salir del bosque las hadas lo abandonaron y el siguió solo, durante el camino hablaba con ese pequeño bultito calientito que tenía entre sus brazos, y así, llegó a su casa.
No va a mentir, fue algo difícil acostumbrarse a la niña.
-Liquet Aurora Deluque ven aquí ahora mismo!-Gritaba mientras seguía aún a la pequeña niña que andaba corriendo por toda la casa desnuda, huyendo de Vegetta-Que debo ponerte el pañal, niña!-Y así la atrapó, poniéndole un pañal de tela.
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∆\•°Un Lobo, Un Oso Y Un Ovni°•/∆
FanfictionVegetta, triple siete o Samuel era el líder de un grupo de chicos, estos se hacían llamar "Los héroes de Karmaland" el la mayor parte de su tiempo era un buen ciudadano, un gran amigo y un buen ¡¿padre?!. -(¿Que paso producción? Esto no debería esta...