5. Un psicólogo que necesita un psicologo

40 5 4
                                    

Día dos fuera de la isla y Liquet vendería su alma para volver, el día anterior no fue precisamente el mejor, su "esa-cosa-no-se-que" se había descontrolado y ahora Luzu la miraba, algo raro, no sabría describir, también la inyectaron varias veces y ahora le dolía los brazos.

Esperaba que almenos su padre haya podido dormir sin ella en casa, por qué ella, solo lo pudo unas pocas horas, ahora, el segundo día se encontraba con un humor de perros, quería dormir más tiempo pero no podía por qué el golpeteo a su puerta la iba a volver loca, trato de ignorarlo un buen rato, luego volvió y ahora, quería salir de la cama solo para arrancarle la cabeza a Luzu y decirle, no me jodas.

Sería la primera vez que gritaría una grosería, pero no, debía comportarse como una niña educada.

-Liquet Elizabina Deluque Batuecas, abre la puerta en este instante-Regaño Luzu, pero solo recibió silencio.

Cómo odiaba que usarán su segundo nombre.

-¿Liquet?-Pregunto algo ya preocupado-¿Te encuentras bien?-Sin respuesta.

"Si me hago la muerta no me va a seguir jodiendo"Pensó Liquet.

-Ay- Y así, Liquet escucho como Luzu se alejaba corriendo de su puerta.

Bendita sea la hora en la que aprendió que ignorando a una persona te dejarán de joder.

Y durmió un rato más.

Cómo 15 minutos.

Su puerta fue abierta con violencia mostrando a su padre que lucía preocupado, a un Rubius bastante preocupado también y un Luzu, que estaba apunto de desmayarse.

-¡Liquet!-Gritaron los tres.

-Joder-Susurro bajito, ahora le dolía la cabeza y su puerta estaba rota y habían tres hombres en su cuarto.

-Jovencita ¿Te parece muy divertido asustar así a Luzu?-Regaño Vegetta.

-Si/Ci-Dijieron al mismo tiempo Liquet y Rubén, aunque el último lo dijo casi en susurro.

Luzu solo miraba atento como Vegetta miraba a Liquet, está nisiquiera quería mirarlo a la cara, se sentía cansada, de mal humor, asustada por lo que pasó con Luzu, adolorida por las inyecciones y muy confundida de como mierda le hizo Luzu para llamar a su papá y a Rubén al mismo tiempo

-Liquet ¿Pasa algo?-Hablo Samuel después de un par de minutos, pero la pequeña ni lo volteo a mirar.

-¿Que pasa niña genio?-Pregunto Rubén sentandose junto a ella.

Pero sin respuesta, ella solo apretaba sus sábanas y miraba hacia bajo, con el entrecejo fruncido y ganas de gritar cuánta maldición se sepa.

-Luzu ¿Nos dejas?-Pregunto Samuel a su amigo, quien simplemente asintio saliendo del cuarto.

-¿Que pasa Ovni?-Pregunto Rubén acariciando el cabello de la pequeña.

-Mi niña ¿Estás mal?-Pregunto sentándose al otro lado de ella dejándola en medio de Rubén y el.

-Hablanos que la ley del hielo duele-Dijo Rubén, sabía que ella tenía doce y que pasaría por la adolescencia pronto pero ¡¿Tan pronto?! Dejensela un ratito más como su niña-genio-regordeta favorita.

-¡Me duele la cabeza, quiero dormir, me duelen los brazos y está no es mi cama!-Dijo llorando aferrándose al pecho de Ruben-¡¡Quiero ir a casa!!-Dijo llorando un poco más fuerte.

Rubius solo acariciaba el cabello de la niña, sonreia enternecido por ser el hombro en el que ella lloraba.

-Pronto acabará esto Liquet-Dijo Samuel acariciándole la cabeza-Pronto estaremos en casa-Susurro calmado un poco a su hija quien ahora solo soltaba hipodos silenciosos.

∆\•°Un Lobo, Un Oso Y Un Ovni°•/∆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora