Prólogo:Un oso curioso

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El se encargó de que cuando sus compañeros vinieran no subieran al segundo piso, y si lo hacían, ya sea por que necesitaban usar el baño se encargaba de que la puerta del cuarto de Liquet estubiera segurada.

Liquet por otro lado se había concentrado en esconderse cuando los amigos de su padre venían de visita, por lo poco que hablaba su padre de ellos los conoció de a lo lejos. Supo quienes eran Mangel, Alexby, Lolito, Fargan, Willy y Rubius.

Al principio, por como le hablaba su padre de las aventuras y desventuras de ellos 7 pensó que Willy había sido muy importante para el.

-¿Que cosas dices niña? ¿Willy y yo? Jamas-Dijo entre sonrrojado y divertido.

La verdad es que ambos si sintieron algo por el otro, aunque por miedo a arruinar la amistad prefirieron ignorarlo, al final el sentimiento murió por falta de atención, tal vez no estaba enamorado de verdad y solo estaba confundido en aquella época.

-No puedes culparme jeje-La verdad es que no podía, aún le mantenía un gran cariño al albino y de ojos achinados, tal vez lo reflejo en su voz.

Varios meses pasaron desde que encontró a Liquet, los meses se transformaron en años y así la infante de no más de seis años se transformó en una jovencita hermosa de 12 años. Aún la niña mantenía un rostro infantil aunque su cuerpo pronto cambiaría, había pegado un estirón y ahora tendía a medir 1.58, era algo regordeta pero no mucho, no tenía cintura, aún era una niña en pocas palabras, vestía un poco masculina ya que no tenía en si una madre, ni un simbolo femenino, y la verdad es, que ella no pensaba que era necesario.

Tenía a Vegetta y con eso tenía más que suficiente.

-¡¡¡Papa!!!!-Se escucho el grito de Liquet por toda la isla.

Vegetta no tardó ni dos segundos en reaccionar hasta ir corriendo devuelta a la mansión y subir las escaleras.

-¿Liquet? ¿Que pasa? ¿Dónde estás?-Dijo hacercandose a la puerta del baño donde escuchaba los sollosos de su hija.

-Ha..hay sa..sangre-No tardo mucho en comprender y con un sonrrojo hablo el.

-¿Estas herida?-Un pequeño "no" salió del otro lado de la puerta-Bajare al pueblo, métete en la tina que no tardo-.

Y por más incómodo que fue, así su hija se transformó en mujer, ese día siempre estaría guardado en la mente del amante del morado.

Los siguientes cambios que noto en ella le fueron cada vez más sorpresivos, como sus caderas se ensanchaban y su cintura comenzaba a aparecer, como a veces se quejaba del dolor del pecho y se le dificultaba respirar un poco o hacer mucho ejercicio y el confundido se veía en el espejo.

No se veía muy mayor en el espejo, quien lo viera no diría que tiene una hija en etapa preadolescente.

O simplemente era como un buen vino, mientras más pasan los años mejor se pone, sonrio cuando está idea se cruzó por su mente.

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Todo en Karmaland era perfecto, paz y armonía, buenos ciudadanos, buenos guardias, buenos vecinos.

Y claro! La hermandad oscura y un ladrón furro.

Karmaland al principio era una pequeña ciudad rodeada de naturaleza con muchas casas, quizás unas mil, bastante pacífica, aunque todo el mundo le decía pueblo puesto que era muy rural, algunos la concideraban una ciudad.

Los heroes, siete grandes chicos dotados de la "inmortalidad" y con contacto directo a los dioses.

Bastante conocidos en la ciudad puesto que si habían monstruos ellos no dudarían en aparecer y salvar a los ciudadanos.

∆\•°Un Lobo, Un Oso Y Un Ovni°•/∆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora