4. No me siento solo, y tú mejor ni te sientes

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Ya había pasado media hora desde que ella se había ido y no podía dejar de mirar la puerta, en busca de si su pequeña volvería pronto, se mantuvo quiero, mirando, esperando, hasta que comenzó a anochecer, ya no recordaba como era su vida antes de Liquet y ahora, sentía un gran vacío, sin querer darse cuenta, dos lágrimas se desplazaron por sus mejillas antes de caer al césped.

Fue cuando, tocaron la puerta, sin saber quién fue a abrir y grande fue su sorpresa al ver a Rubius con una bolsa de papel, las mejillas rojas y agarrando aire, casi iperventilando.

-¿Rubius?-Pregunto confundido.

-¡Dios! Maldita sea Vegetta, repara el bendito acensor-Hablo ya componiendose-¿Eh?-Dijo al ver los ojos rojos de Vegetta.

-Pe..perdon-Simplemente limpio sus ojos-Solo, no se que me pa..so-Cuando sintió que Rubius lo abrazaba, supo que todo estaría bien, así que se permitió llorar un poco.

-Tranquila Veg-Dijo Rubén abrazandolo-Ella estará bien, yo la vi, está bien-No podía creer que apenas iban un par de horas separados y ya Vegetta estaba llorando.

-Pe..perdona, cre..creo que estoy sencible-Su voz seguia sonando cada vez más quebrada.

Así se mantuvieron por un rato hasta que entraron a la mancion.

Dentro de la bolsa venían algunos bocadillos y claro, una que otra cerveza, se sentaron en el sofá y hablaron de cuánta tontería se les cruzará mientras bebían un poquito.

Luego el tema de conversación fue Liquet, y todo se puso más sentimental, hasta Rubén se permitió llorar un poco, encontraron el álbum de fotos de Liquet sobre un estante y se dedicaron a mirarlas, con gran aprecio, viendo cómo esa pequeña niña regordeta ahora era una, no tan pequeña niña regordeta.

Cuando se dieron cuenta ya estaban un poco ebrios, más que todo Rubén, que, aunque nunca lo admitiría, ver crecer de esta forma a Liquet, le rompía en mil pedazos el corazón, ya estaba demaciado acostumbrado a verla en la isla cada que el llegará.

Y cuando vieron aquella foto, la foto que tomo Liquet cuando se conocieron, una en la que parecían la familia más bonita del mundo.

Tomo el libro y acaricio con cuidado la foto, Samuel solo lo veía con atención, jurandose, que esa imagen de Ruben con las mejillas y los ojos rojos, acariciando una foto de su familia, la guardaría en sus adentros para siempre.

No lo resistió más y cuando Rubén lo volteo a ver cómo una de las cosas más tiernas por existir, quiso acercarse solo para acariciarle la mejilla, pero la mano de Rubén sujetandole la muñeca no lo dejo, el álbum de fotos callo al piso y Rubén se acercó a Vegetta, dándole un casto beso en los labios que no duró más de un segundo.

Un segundo.

Dos segundos.

Tres segundos.

Y Vegetta reacciono.

Y a Rubén se le pasó la borrachera casi de inmediato al verlo abrir los ojos.

Se separó cuánto más pudo cubriendo sus labios, evitando soltar algún grito o maldición, mirando atentamente como reaccionaba Samuel.

Y valla reacción.

Lo tomo fuerte de la muñeca y lo hizo acercarse, por un momento Rubén pensó que ya había arruinado toda su amistad, que lo iba a hechar de la casa, que no lo dejaría hacercarse a Liquet.

Pero lo que en verdad paso, fue más inesperado para el de orejas de oso.

Fue besado.

Una, dos, tres, cuatro, cinco veces. Muchas veces.

∆\•°Un Lobo, Un Oso Y Un Ovni°•/∆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora