Capítulo dos

54 7 0
                                    

-¿Y ahora qué?- Pregunta Violeta detrás mío

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

-¿Y ahora qué?- Pregunta Violeta detrás mío. Las paredes son celestes, a los costados hay puertas y, de tres de estas, salen tres personas. Una de cada una con un ambo celeste, como si fuesen médicos. Frunzo el ceño.

-Adelante.-Invita la chica vestida con el ambo de la primera puerta. La muchacha que tengo delante se dirige hacia donde ella. Violeta se dirige hacia la otra puerta, la que se encuentra en frente. Y entonces supongo que me debo adentrar a la única que queda abierta.

-Cierra la puerta y deja la mochila en la mesa de allí.- Indica el hombre que se encuentra acomodando algunos medicamentos. Hago lo que dice; cierro la puerta detrás y apoyo mi mochila en una pequeña mesa blanca.

La habitación no es una normal; no tiene cuatro paredes, si no que en una hay un vidrio que la recubre toda y al costado hay una computadora y una puerta. Desde ese vidrio, se puede ver otra habitación donde yace una bicileta fija y al costado, una especie de silla reclinable con cables por doquier.

-¿Tu nombre?- El hombre agarra un fichero y me mira por debajo de sus lentes, esperando para escribir.

-Blake Jones.- Asiente y escribe.

-Bueno Blake, te haré una serie de pruebas para ver si estas apta. Lo primero que necesito de ti es un examen de sangre.- Se coloca unos guantes blancos. Agarra una especie de vacuna, abre un envase donde se encuentra la aguja nueva y la coloca en la punta. Se acerca a mi con el artefacto preparado por lo que, vacilante, estiro mi brazo. El hombre no duda y en menos de un segundo siento el pinchazo de la aguja clavada en mi vena y succionando un poco de líquido rojo de mi brazo.

-Genial.- Una vez que obtuvo mi sangre, quita la aguja, la tira y se acerca a una especie de plataforma con luces. En el medio, hay un círculo blanco brillante donde el hombre deja caer unas gotas de mi sangre. Veo que inmediatamente una serie de valores aparecen en la pantalla. Y luego el hombre oprime una opción para imprimir aquello.

Me sorprendo, eso es tecnología avanzada.

-Lo segundo que vamos a hacer es una prueba de esfuerzo, ven.- Lo veo dirigirse a la puerta que hay en la pared de vidrio y abrirla.- Necesito que te subas a la bicicleta fija.- Lo sigo por detrás y ambos nos adentramos a la habitación que se puede observar desde la principal. Cuando estoy al lado de la bicicleta, me subo y él comienza a conectarme algunos autoadhesivos en el pecho y en la frente.

-¿No puedes quitarte la cadena?

-No.- Niego. Lo veo hacer una mueca.-¿Que debo hacer?

-Vas a empezar a pedalear cuando yo te avise desde el micrófono. Y luego cuando te lo indique, aumentarás la velocidad.

Asiento. El hombre se dirige a la habitación principal, cierra la puerta y noto que me observa sentado en una silla a través del vidrio. A su lado, la computadora donde supongo que controlará mi corazón.

Zona BDonde viven las historias. Descúbrelo ahora