Epílogo

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El aire que sopla con fuerza, despeina mis mechones rubios

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El aire que sopla con fuerza, despeina mis mechones rubios. Desde del balcón de la construcción principal de las fuerzas protectoras -el cuál no sabía que existía hasta este día- puedo observar a lo lejos las entradas del muro. Abiertas. Dando la bienvenida a las personas que tanto sufrieron y que ahora, podrían dejar de temer por sus vidas. Puedo observar desde aquí el campo en los exteriores, el comienzo de las casas blancas, los pocos edificios lujosos en el centro de la ciudad. Y en este momento, me alegra haber logrado abrir los ojos de los ciudadanos. Pienso en mi madre y me alivio al instante en que pienso que ya no tendrá que correr y escaparse.

Pienso que quizás podremos estar juntos de nuevo. Mi padre, ella y yo. Algo que me arrebataron de pequeña.

Pienso en el momento en que el sorteo determinó mi futuro; en los nervios, la tristeza y la desilusión de tener que ser parte de algo que no quería desde un principio. Pero después de todo lo que he alcanzado en este tiempo, de las cosas que he aprendido y superado... puedo decir que no cambiaría la suerte que tuve ese día. Después de las personas que he conocido. De Violeta, quien considero mi primera mejor amiga. De Sam, un chico respetable y buena persona.

Y Theo... quien ahora mismo se ha vuelto alguien tan importante que no imagino mi vida sin sus ojos grises.

Una mano cálida se apoya en mi hombro. Giro mi cabeza para ver al castaño a mi lado con una sonrisa bonita pintada en sus labios. Paso mi brazo por su cintura, para dejar descansar mi mano en su espalda.

-Después hay que trasladar a Robert.- Comenta. Lo siguiente que haremos con él es llevarlo a la cárcel de la ciudad.- Y explicarles a todos que está pasando.

-Si...- Contemplo el panorama; puedo ver cómo algunos ciudadanos han salido de sus casa en multitud, para observar confundidos las entradas abiertas del paredón.- Ya no tenemos líderes, ¿Qué haremos ahora?- Pregunto, con una nueva preocupación en mi mente. Alguien deberá encargarse de que todo funcione como es debido. De lo contrario, ¿Quién producirá alimentos? ¿Quien se encargará de distribuirlos? ¿Quién controlaría que todo esté en órden?

-Pensaremos en algo.- Su otra mano busca la mía y entrelaza nuestros dedos al encontrarla. Tira un poco de mi para que mi atención se fije en sus ojos y cuando lo hago, me pierdo en estos por completo.

Su boca choca contra la mía para unirnos en un beso sutil. Sus manos descansan en mi cintura y las mías en su pecho firme. Al separarnos, no me pierdo ni un milímetro de su rostro relajado. Su nariz recta, sus pómulos definidos al igual que su mandíbula. Un sentimiento se abre paso en mi pecho y me llena por completo.

Él gira su cabeza para contemplar el panorama una vez más. Lo imito.

Ahora, aquí, acurrucada en su pecho... sé que lo siguiente que vendrá será mejor. Sé que no hay razón para tener miedo y... que todo estará bien.

Que finalmente las personas inocentes van a dejar de huir.

Que mi familia está completa otra vez.

Que lo tengo a él.

Que yo no habrá más una temida y excluída "Zona B".


...


Hola!!! Me alegra informar que la historia llegó a su fin.

 Me divertí mucho escribiendo y espero que ustedes tambíen lo hayan hecho con la lectura. Si son nuevas leyendo alguna de mis historias y quieren ver más contenido hecho por mi, las invito a leer "Without control" la cual pueden encontrar en mis obras.

Si quieren comentar, preguntar, hablar sobre algo no duden en dejarme un comentario para que podamos interactuar, ¡Cosa que me encanta hacer!

Tendrán noticias de mi dentro de muy poco.

XOXO,

Merygabrielle.

Zona BDonde viven las historias. Descúbrelo ahora