Jennie quizo volver a comenzar, pero la tímida Lisa se escabulló por debajo de ella y se deslizó fuera de la cama.
_Creo que debemos parar - decía nerviosa, siendo perseguida por la mirada seria de la castaña - no hace mucho que nos conocemos....y...y esto es un gran paso y...- caminó a la puerta - y yo no soy tan fácil.
La sonrisa de Jennie era algo que Lisa no esperaba, pensaba que iba a insistir o a reclamarle por dejarla así. Pero no, la castaña sólo se puso de pie y asintió de acuerdo, para luego tomar su polera y ponérsela de camino a las afueras de la habitación.
_¿No estás molesta? - preguntó confusa.
_No - se sentaba sobre su sillón y prendía la tele - ¿por qué? - giró a verla - ¿debería estarlo?
_No...- alzó los hombros - creo que no.
_Está bien - regresó su vista a la televisión - pero será mejor que guardes esta maleta - señaló la que seguía en la entrada - estorba el camino.
Lisa dudo en hacerlo, ella ya habia tomado una decisión. Pero ahora no sabía si irse o no, sería muy descortés de su parte luego de casi llegar a hacerlo. ¿o no?
_Jennie....
_Dije que guardaras tu maleta - su voz fue dura - no pienso permitir que te vayas, ¿no entiendes que te pueden hacer daño?
_Pero hasta ahora no a sucedido nada - respondió incrédula.
_¿Y quieres que pase algo para recién venir a mí? Entonces vete, si te sientes tan segura de hacerlo, hazlo. Pero yo ya no te voy ayudar.
Al contrario de lo que Jennie pensaba, Lisa tomó su maleta y se propuso a abrir la puerta, no sin antes girar a verla.
_Está bien, no necesito que me cuides - Jennie sólo seguía viendo seriamente la televisión - aunque no lo creas, me siento más segura allá afuera que contigo. Tienes muchos cambios de humor - salió de la casa.
Jennie no reaccionó por unos segundos, hasta que tomó el control remoto y lo estrelló furiosa contra la pantalla de la tv, destrozando parte de ella. Sus ojos comenzaban a humederce y comenzó a ponerse nerviosa, a desesperarse. Observó entre sollozos toda la sala, nuevamente estaba sola y eso la asustaba.
_No te vayas - se abrazó a si misma, escondiéndose entre sus piernas - por favor - sollozó - no es mi culpa. Sólo quiero que me ames, sólo eso.
Jennie se levantó del sillón y tomó su chaqueta que estaba a un lado, corriendo a la salida. No iba en busca de Lisa, quería deshacerse de esa agonía que sentía. Desde que Lisa se había mudado junto a ella, no tuvo la necesidad de hacerlo, Lisa estaba allí y con eso estaba feliz.
Jennie llegó hasta el puente que se encontraba cerca de su cada, debajo de él corría un gran río y por las fuertes lluvias de esa semana, el nivel había aumentado.
Escaló por los bordes del puente y bajó sin cuidado alguno, cayendo de espaldas en el río. Salió a la superficie rápidamente y nadó contra la corriente. El río trataba de llevársela, pero Jennie nadaba con más fuerza, hasta llegar al borde del puente, metiéndose por debajo. El río había crecido mucho que había llegado hasta la altura de puente. Jennie se sujetaba del borde mientras buscaba con la mirada. Y logró encontrarlo de frente, llegó hasta ella y lo tomó, arrancándolo del muro donde estaba sujeto. Volvió a sumergirse y en solo uno minutos, ya se encontraba al borde del río, saliendo muy cansada.
Vacío la bolsa en el suelo y sonrió al ver aquella botella de medicina. Era lo único que la mantenía "tranquila", pero también le causaba un gran dolor.
Junto a él había una jeringa, una limpia como siempre lo guardaba. Hizo todo el proceso ya conocido y se levantó la manga, inyectándose la medicina.
La jeringa cayó al suelo y la castaña comenzó a sentir dolor en su brazo, sintiendo como la medicina se expandía a travez de su cuerpo. Se comenzó a sentir débil, se recostó en suelo por completo y esperó a que perdiera la consciencia.
Estaría así durante veinticuatro horas, ¿por qué? Porque así no haría daño a Lisa, no quería hacerlo. No queria arruinar lo que habían avanzado, sabía que también le gustaba y eso era lo más importante para ella.
La última vez que lo usó, había sido con otra chica, alguien que supo amarla, alguien quien la hizo feliz durante el tiempo que estuvo junto a ella. ¿que había pasado? El destino había sido tan cruel, que se la había arrebatado en un incendio. Su casa se había incendiado, y cuando Jennie llegó, lo único que podía escuchar eran sus gritos de ayuda. La castaña hizo todo lo posible para rescatarla, incluso se quemó una parte de su pierna que le dejó una gran cicatriz.
Los ojos de la castaña derramaron un par de lágrimas al recordarla, ella era alguien tan pura de corazón, que no merecía aquello. Cuando logró sacarla, Irene ya estaba inconsciente, ya no podía hacer nada, sólo se abrazó a ella hasta que los bomberos y policías llegaron.
_Lisa es igual a ti...- mencionó mirando hacia el oscuro cielo, sentía que se quedaba dormida - y a la vez tan distinta - sonrió a duras penas - pero ella me hace reír...y no quiero lastimarla...sólo quiero protegerla - cerró sus ojos lentamente - y lo haré.
Voten ❤
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Bloody Love (Jenlisa G!p)
RandomLa obsesión puede llegar a confundirse con amor. Mini Historia