𝐓𝐇𝐄 𝐓𝐈𝐓𝐀𝐍'𝐒 𝐂𝐔𝐑𝐒𝐄 || PJO 🔱

Capítulo XVII

"Una amiga dice adiós..."

Aterrizamos en Crissy Field cuando ya era noche cerrada.
En cuanto el doctor Chase bajó de su Sopwith Camel, corrió a ver a Annabeth.

— ¿Está bien? — preguntó — ¿Por qué está maniatada?

Thalia y Elliot miraron a Skylar.

— Aún no sabemos si está de nuestra parte. Es un lazo de oscuridad, por si intenta revelarse. — el doctor Chase abrió la boca para protestar, pero Skylar dio un paso al frente dispuesta a enfrentarlo — Su hija intentó apuñalarme dos veces el verano pasado por no querer unirme a todo eso que usted acaba de masacrar. Lo siento si no le gusta verla así, pero tengo mis motivos.

Él abrió los ojos, perplejo.

— ¿Y por qué no despierta?

— No lo sé. — admitió Skylar — Supongo que habrá que llevarla al campamento.

La idea no le hacía ninguna gracia. Después de todo lo que Annabeth le había hecho, había estado a punto de dar su vida por ella. Estaba en su derecho de enfadarse.
Me dirigió una mirada y luego a Annabeth, indicándome que me quedara con ella. Skylar se acercó hasta Thalia y Artemisa.

— ¿No puedes curarla con algún recurso mágico? — preguntó la hija de Zeus — O sea... tú eres una diosa.

Ella parecía muy agitada.

— La vida es algo frágil. Si las Moiras quieren cortar el hilo, poco podré hacer. Aunque puedo intentarlo.

Fue a ponerle la mano en el flanco, pero Zoë la agarró por la muñeca. Miró a la diosa a los ojos y entre ambas se produjo una especie de entendimiento.

— ¿No os... he servido bien? — susurró Zoë.

— Con gran honor. — respondió Artemisa en voz baja — La más sobresaliente de mis canpeonas.

La expresión de Zoë se relajó.

— Descansar. Por fin.

— Puedo intentar curarte el veneno, mi vamerosa amiga. — dijo la diosa.

A su espalda, las hechiceras de Tesalia intercambiaron miradas. Entonces comprendí que lo que la estaba matando no era sólo el veneno, sino el último golpe de su padre. Zoë había sabido desde el principio que la última línea de la profecía se refería a ella y, sin embargo, había emprendido la igualmente la búsqueda.
Miró a Thalia y tomó su mano.

— Lamento que discutiéramos tanto. — le dijo — Habríamos podido ser hermanas.

— Ha sido culpa mía. — respondió Thalia, al borde de las lágrimas — Tenías razón sobre Luke. Sobre los héroes, sobre los hombres y todo lo demás.

— Quizás no todos. — murmuró Zoë, y me dirigió una débil sonrisa — ¿Todavía tienes la espada, Percy?

Yo no podía ni hablar, pero saqué a Anaklusmos. Ella sostuvo el bolígrafo con satisfacción.

— Dijiste la verdad, Percy Jackson. — prosiguió Zoë — No te pareces en nada a... Hércules. Es para mí un honor que lleves esta espada.

Me recorrió un estremecimiento.

— Sky, — ella tomó su mano, con los ojos llorosos — recuerda que no debes temer a tu destino. A veces lo que más deseas está más cerca de lo que te imaginas. — ella asintió — Estás destinada a grandes cosas, Skylar Miller. Siento no haber podido guiarte más allá de esto.

— Zoë...

— Estrellas. — murmuró — Las veo otra vez, mi señora.

Una lágrima escapó de Artemisa.