Abrí mis ojos para al instante cerrarlos fuertemente debido a los intensos rayos de sol que dieron directo a mis ojos adormilados. Parpadee varias veces seguidas acostumbrándome de apoco a la claridad, seguido de encontrarme con que estaba en un lugar completamente desconocido para mí...
Ah, no, sí era mi habitación…
Válgame, ni que anoche hubiera bebido hasta perder la consciencia. No me quiero imaginar si así habría sido.
Apenas tomé el celular que descansaba sobre la mesita de noche e intenté ver la hora, la pantalla no respondió, solamente se quedaba en negro como si estuviese apagada o… quizás sea porque lo esté. A diferencia de la vez anterior mantuve presionado el botón del encendido durante unos segundos para que al instante se iluminara. Era extraño porque no recuerdo haberlo apagado antes de irme a dormir... bueno, aunque siendo sincera tampoco recordaba cómo era que llegué hasta mi habitación y mucho menos hasta la cama.
Una vez encendido la hora marcaba las 11:47. No era tan tarde como imaginé que sería.
Al desbloquearlo y ver el menú principal, en el ícono de llamadas y en la barra de notificaciones me aparecieron seis llamadas perdidas y un nuevo mensaje de Luce. Estas, no aparecen con un nombre que tenga agregado en mi lista de contactos, solo tienen el número, dice desconocido y marcan la hora en la que se realizaron dichas llamadas. Las primeras tres fueron en la madruga y, las otras restantes apenas esta mañana.
No la regresaré, si era importante volverán a insistir, ¿no? Pero sí contestaré el mensaje de Luce. Entré en su chat y enseguida empecé a leerlo:
Luucee:
Hola amiga, 👋 ¿cómo sigues de tu mano? 11:12☑️☑️
En ese momento, recordé el pequeño accidente que tuve anoche con esa estúpida botella y de cómo el idiota de Dylan me curó. Observé mi mano y, toqué apenas un poco en la zona afectada para inmediatamente arrepentirme de ello, pues, aún seguía doliendo como la mierda.
Yo:
Hola, aún sigue doliendo, pero pronto sanará. Gracias por preocuparte amiga. 😊 11:54☑️
Dejé el celular de donde lo tomé, y me levanté de la cama poniéndome mis amadas pantuflas de oso panda. Hoy tenía pensado usar algo cómodo y, con eso me refiero a ponerme solo una blusa holgada que le pediré prestada a Alex.
Fui hasta el baño, y, en el momento en que me ví a mí misma reflejada en el espejo sobre el lavabo casi logré asustarme. Mi cabello parecía una total y completa maraña, ni hablar del maquillaje que se encontraba por todas partes menos donde debería estar. Aún así me los froté para desperezarme completamente sin preocuparme porque quedaran peor, qué más daba.
Hice mis necesidades, lavé mis dientes y con cuidado de no lastimarme, quité la venda que ahora se encontraba manchada con sangre seca. Luego me metí a la ducha por unos 20 minutos. Al salir, tomé dos toallas de las cuales utilicé para envolverme el cabello y el cuerpo.
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El Idiota, el Odio y yo © |#1| (Completa)
Teen FictionCuando Alexa regresa al país, en el cual creció durante parte de su infancia, todo parece seguir estando igual que antes de que se marchara. Sin embargo, muchas cosas cambiaron desde entonces: la escuela, las personas e incluso hasta su vida misma d...