—Me parece una idea genial —contesté con una sonrisita entre algo pícara y mitad macabra.
—Fantástico bebé —habló Ryan con una sonrisa contento, pero no podría decir lo mismo de Alex, ya que solo se me quedó mirando raro... como si hubiera descubierto todo mi plan.
—¿Y por qué esa sonrisita? —preguntó con cautela el susodicho.
Sí, sí lo notó, pero aún tenía oportunidad de lograr que no me descubrieran. Para ello solo tenía que estar tranquila, actuar normal y no ser demasiado obvia al momento de mentir. Ya que Alex me conoce y sabe cuándo lo hago.
—¿Qué? ¿De qué hablas? —mentí, creo que lo estaba haciendo bien—, solo recordé algo que, Luce, me dijo anoche sobre un chico —genial, eso explicará mi sonrisita mitad pícara.
Me sorprendo cada día más de mí misma. Simplemente fantástica. Aplausos mentales para mí.
—Aah... —dijo, haciendo un ademán y restándole importancia.
[...]
—De acción.
—No, de ciencia ficción.
—No, Alex, de acción.
—¡Qué no! —chilló como niñita frustrada—. ¡De ciencia ficción!
Así estaban como hacía unos 10 minutos peleando como idiotas por qué película vamos a ver mientras que las pizzas de enfriaban. En estos momentos me estaría riendo como foca de no ser porque la comida se enfría y tenía hambre.
—¡Qué sí!
—¡No!
—¡Ya basta! —grité, logrando que ambos se detuvieran con su estúpida pelea—. Veremos la que yo escoja, y no quiero protestas, tengo hambre y quiero tranquilidad —aclaré un tanto frustrada—, ¿están de acuerdo, sí, o no? —propuse, aunque a decir verdad me daba igual si lo estaban.
—Sí, está bien bebé —aceptó Ryan, no muy contento con mi decisión. Contrario de Alex, que seguía de brazos cruzados, sentado en el sofá y con la cabeza gacha haciendo puchero. Digno de un niño al que acababan de regañar.
—¿Y tú, Alex, también estás de acuerdo? —pregunté, pero este seguía en su misma posición ignorándome por completo—, vamos, Alexín, prometo elegir una que te agrade...
Síí... por supuesto.
Al escucharme, levantó su cabeza y sonrió de medio lado.
—Está bien... —habló no muy convencido—. Pero tendrá que agradarme, sino me iré a mi habitación —rodé los ojos, pero de igual modo asentí.
Tomé el mando y empecé a buscar una película en Netflix. Aprovechando la oportunidad de que estaban distraídos comiendo su porción de pizza, busqué en las de terror... Paranormal Activity. La puse rápidamente, para después levantarme a apagar las luces y volver con ellos al sofá.
—Les encantará, se los aseguro —tomé un trozo de pizza y comencé a devorarlo.
[...]
Como era de esperarse, Alex se había ido a su habitación como él dijo que haría... sí, pero se fue apenas vio el nombre del título de la película. El muy miedoso dijo que se iría solo porque tenía sueño. Síí, claro.
En fin, solo nos quedamos Ryan y yo, disfrutando de las pizzas y también de la Coca~Cola.
Verdaderamente no estaba prestando ni la más mínima atención a la película. Me conocía perfectamente como para saber que si lo hacía, acabaría durmiendo por las noches con la luz encendida hasta que me olvidase de tal horribles y perturbadoras escenas de mi mente.
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El Idiota, el Odio y yo © |#1| (Completa)
Teen FictionCuando Alexa regresa al país, en el cual creció durante parte de su infancia, todo parece seguir estando igual que antes de que se marchara. Sin embargo, muchas cosas cambiaron desde entonces: la escuela, las personas e incluso hasta su vida misma d...