27 Capítulo: "Las tutorías"

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Salimos lo más silenciosos que pudimos de la cocina, entramos a la sala, y cuando estuvimos lo suficientemente cerca de la entrada cubriéndonos detrás de una pared, pudimos ver a Luce de espaldas a nosotros hablando con alguien que se encontraba del otro lado de la puerta. 

Uff...

Al menos no era la mamá de Ty, ya que si lo fuera no estaría todavía esperando afuera de su propia casa.

—Ahm... Adelante, pasen —dijo Luce, escuchándose no muy convencida, y haciéndose a un lado para que las personas se adentraran dentro de la residencia Balzac.

Con Ty, asomando nuestras cabezas para no ser tan obvios y que no nos descubriera, vimos el momento exacto en el que Nick y Miller cruzaron el umbral de la puerta, y cómo este último echaba un vistazo a su alrededor; logrando que casi me cayera de culo cuando su mirada se encontró con la mía.

Lo cual sucedió, pero no me caí de culo, sino que gracias a Ty que se asomó un poco más para poder ver mejor, perdí la estabilidad cuando se apoyó encima de mí logrando que cayera al suelo con él encima. Evidenciándonos al instante porque caímos enfrente de ellos.

Definitivamente ya perdimos.

—Genial, Tyler —murmuré con la cara aún clavada en el parquet y con un peso muy doloroso sobre mi espalda.

La risa de Luce era incomparable, haciendo que lo único que consiguiera fuera hacerme sentir más calor en la cara. No quería levantar por nada el rostro de este suelo, pero cuando de repente no sentí más el peso de Ty encima de mí; algo me dijo que ya era momento de levantarme para no seguir haciendo más el ridículo.

Me levanté en menos de un santiamén y, con el rostro en alto, dije:

—Hola, ¿qué tal? —sonreí como si nada hubiese pasado, aunque creo que mi actuación estuvo algo, bueno, bastante exagerada a juzgar por el rostro de Miller que me miraba raro. Y Nick, supongo que él sonrió y contestó por cortesía, sin decir nada al respecto sobre lo sucedido.

No tenía la menor idea de cómo supieron llegar, ya que no creo que se supieran la dirección de Tyler por arte de magia, ni mucho menos qué hacían ellos en su casa. Pero cuando Nick saludó a Ty, y se disculpó cuando Luce lo tomó de la mano y se lo llevó hacia afuera, me di cuenta de que él había venido hasta aquí para hablar con mi amiga. Y que lo más probable haya sido que ella le dijera la dirección de donde se encontraba.

—Hola —dijo, después de un momento en el que me seguía mirando con esa extraña mirada. Como si en su interior se estuviera burlando de mí, pero en su exterior demostraba todo lo contrario. Bueno, aunque no había mucho qué mostrar en su rostro.

Ahora ya sé a qué vino su amigo, ¿pero qué carajos hacía él aquí parado?

Esta era la primera vez que lo veo desde lo que ocurrió en el instituto, con lo del pelinegro, el puñetazo sucio y... inconscientemente mis ojos volaron hasta sus labios, donde su labio inferior se encontraba con una pequeña costra en la esquina derecha del mismo.

Y justo cuando creí que me volvería a caer si nadie decía algo pronto, o al menos que ellos regresaran para decir alguna cosa, mi celular empezó a sonar liberándome del incómodo momento que se había creado. Ya que nadie decía nada más que compartir miradas entre los tres.

Me disculpé, y con el móvil en la mano, me dirigí otra vez hacia la sala. Obviamente no saldría hacia afuera para que no se sintieran incómodos con mi presencia, si se alejaron fue para tener privacidad, ¿no?

Al descolgar la llamada me encontré con que se trataba de la compañía telefónica a la que hace poco me suscribió mi padre cuando me regaló el móvil. Llamaban solo para saber cómo me estaba funcionando el servicio, pero yo traté de hacer un poco más larga la conversación preguntándoles por nuevos planes, móviles, entre otras cosas; fingiendo interés en todo lo que la representante me decía.

El Idiota, el Odio y yo © |#1| (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora