30 Capítulo: "Patrañas mis polainas"

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Sobra decir que me han descubierto, pues, no había ido al instituto y además estaba aprovechando la oportunidad para hacer una limpieza en mi habitación, que hacía tiempo le faltaba. Y no estaba en cama retorciéndome como debería, así que sí, yo creo que me han descubierto...

Ahora que lo pienso bien, esto sin dudas era como una especie de deja vu invertido, pues, en esta ocasión a la que le tocó vivir este momento era a mí y no a Alex... ¿Será el karma?

—Todo en esta vida vuelve... —dijo el susodicho—. Adelante chicos —una vez que ingresaron cerró la puerta dejándolos conmigo y él se fue a no sé dónde.

—Puedo explicarlo —me adelanté a decir ante sus miradas inquisidoras y antes de que preguntaran.

—Te escuchamos —dijo Ty, sentándose en mi cama listo para escucharme.

—Tiene que haber sido algo muy importante para que lo hicieras —dijo Luce, sentándose junto a Tyler.

—La verdad, sí... sí lo fue.

Está bien, lo admito, me moría de la vergüenza. No sabía por dónde empezar...

—Ok... ya estás comenzando a preocuparme, Alexa —dijo Luce.

—No fue nada malo... bueno, sí lo fue, pero al menos estoy bien —contesté—. O eso creo.

Ya sé, mis intentos por tranquilizarla eran un fracaso.

—¿Quieres decirnos de una vez qué te pasó? —preguntó aún más preocupada e intrigada que antes.

—Sí... —asentí, pero antes de seguir me acerqué hasta la puerta y la abrí asomando mi cabeza para cerciorarme de que Alex no estuviera allí espiando. Luego, cerré y volví nuevamente con los chicos—, lo haré.

Tyler empezó a reírse de la nada al igual que un loco. Nosotras lo vimos preguntándonos con la mirada qué le pasaba, para al final terminar uniéndonos a él.

—¿De qué te ríes idiota? —preguntó Luce, sin dejar de reírse ella tampoco.

—No sé... —contestó, sin dejar de reír en ningún momento—. Supongo que para aliviar el ambiente.

Y vaya que sí lo consiguió, ya no me sentía tan vergonzosa como hace un rato.

—Bueno... les contaré —dije, entrando nuevamente en clima serio.

—¿Es porque, Alex, se enteró lo que sucedió con, Miller, en los corredores? —preguntó Luce sin siquiera dejarme terminar.

—No, yo...

—¿Qué sucedió con, Miller, en los corredores? —preguntó una voz diferente.

—¡Me cago en la puta madre! —grité del susto viéndolo acercarse—, ¿cuándo entraste?

—¿Qué sucedió? —preguntó una vez más.

Sé que estaba tratando de conservar la calma para no explotar como casi siempre solía hacer.

—Nada, Alex —respondió Luce por mí, mientras que con Ty veíamos atentos—. Un malentendido.

—¿Qué clase de malentendido? —preguntó, por lo visto sin tener intención alguna de dejar su cuestionario.

—Nada, uno cualquiera —contesté yo, restándole cualquier tipo de importancia.

—Pues, no parecía ser uno, "cualquiera" —dijo, haciendo comillas con sus dedos.

Luce me miró disculpándose con la mirada a lo que asentí. Sabía de sobra que no fue intencional lo que dijo, cómo podríamos haber sabido que mi hermano estaba detrás de la puerta escuchando nuestra conversación.

El Idiota, el Odio y yo © |#1| (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora