❝worried❞

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yeosang marcó tal vez por décima vez en el día a tu número, de nuevo sin tu respuesta.

había intentado más de una vez ir a tu apartamento, pero sin tu autorización no podía ni siquiera entrar al edificio, así que sus únicas dos opciones eran mensajes y llamadas, y para su mala suerte en ninguna de las dos obtuvo respuesta alguna.

caminó frente a tu edificio por cuarta vez en la semana, presionó el botón el cual llamaba a tu piso.

—sooyoung, soy yeosang de nuevo— suspiró —sólo quiero saber que estés bien, si acaso hice algo malo, no te he visto en la empresa, ni a ti ni a las chicas, si quieres espacio disculpa, pero sólo quiero saber de ti...— dejó de presionar el botón y esperó algunos minutos, esperando tu respuesta, pero al darse cuenta que su espera iba a ser en vano, se rindió y cruzó la calle dispuesto a regresar a casa.

yeosang se sentía fatal, y no sabía si era por la idea de perderte o por la preocupación de que te encontrases mal. echó un último vistazo a tu piso, con la esperanza de al menos verte por la ventana, pero aquello no sucedió. suspiró y regresó la vista a la puerta ¿y sí preguntaba por ti al vigilante? tal vez él podría decirle al menos si estabas en casa y lo estabas ignorando, pero después de desviar su mirada, te vio caminar al otro lado de la calle, con ropa holgada, barbijo y un gorro que te había regalado, cargando varias bolsas de compras.

se apresuró a cruzar la calle y se acercó a ti, asustandote y llevándose un grito de tu parte en el momento que sentiste que alguien arrebató tus bolsas, lo miraste confundida, no esperabas su presencia y menos de aquella manera, ignoraste aquello y abriste la puerta del edificio siendo seguida por yeosang, quien te acompañó hasta tu piso.

en el elevador, yeo notó tu ligera indiferencia a su presencia, y también tu deteriorada imagen; tus ojeras se notaban más de lo normal, no traías ni un poco de maquillaje, tu cabello se veía reseco e incluso podía apostar que te veías más delgada.

ambos entraron a tu apartamento y comenzaste a dejar las cosas en su lugar con ayuda de yeosang, y una vez acabaron, calentaste un poco de agua para hacer los ramen instantáneos que acababas de comprar.

—¿ya comiste?— le preguntaste al notar que no despegaba de ti su mirada.

—te pregunto lo mismo— reíste ante su tono regañon y regresaste tu atención al agua hirviendo en la estufa y comenzaste a preparar los fideos.

yeosang te dejó de prestar atención por unos momentos y la desvío hacia tu apartamento, estaba hecho un caos.

tu barra estaba llena de lo que deducia eran más platos de fideos instantáneos aún con los cubiertos al igual que la mesa de tu sala, donde igual estaba tu escritorio, lleno de libros y hojas junto a tu ordenador, tu mochila, y más sillas llenas de más libros y libretas. ahora entendías por qué se había ausentado.

—¿ya dejaste de analizar todo?— te paraste frente a él con un plato de fideos, caminaste hasta tu pequeña mesa que estaba vacía, era la primera vez que comerías ahí después de semanas, yeo se sentó a tu lado y comenzaste a comer.

—¿esto es lo único que comes?— preguntó mientras te veía comer.

—cuando tengo tiempo, sí— ambos comieron en silencio hasta acabar sus platos, miraste a yeo, notabas la preocupación en sus ojos —perdón por preocuparte.

—¿preocupado? para nada— dijo irónicamente y reíste, tomó tu mano que estaba encima de la mesa —pero pudiste decírmelo, y lo hubiera entendido.

—ni siquiera tuve tiempo para dormir— reíste amargamente

—pude ayudarte— le sonreiste.

—estaba bien, tranquilo.

—ojalá lo hubiera sabido, ¿por qué no me respondías cuando venía a buscarte.

—estaría perdiendo tiempo— te arrepentiste de decir aquello al ver en su rostro una expresión de tristeza —no, no quiero decir que tu lo seas— tomaste su mano —pero hacer una tesis, tener una carrera y una relación al mismo tiempo no es fácil.

yeo había limpiado por completo tu apartamento mientras tú seguías trabajando, él lo había comprendido por completo y no había interrumpido en ningún momento tu trabajo, levantabas la mirada de vez en cuando del ordenador y lo veías a él, sólo estaba sentado en el sofá de la sala mirándote trabajar y te regalaba una sonrisa cada vez que lo veías.

guardaste tu trabajo y te levantaste de tu escritorio, yeosang te sonrió al verte caminar hacia él, te sentaste a horcadas sobre sus piernas y tomaste su rostro entre tus manos—¿acabaste?— cruzó sus brazos por detrás tuyo, abrazando tu cintura.

—aún no.

—¿te distraigo? si quieres regreso otro día— reíste y le diste un corto beso que aceptó con una sonrisa

—eres un buen acompañante, no me distraes, sólo quiero estar un momento contigo— te dejaste abrazar por él mientras dejabas caer tu cuerpo sobre el suyo, él acariciaba lentamente tu espalda y mientras besaba tu hombro y tu cuello —gracias por esto— dijiste entre balbuceos —gracias por quererme.

—no tienes que agradecer, yo siempre estaré para ti.

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𝐲𝐞𝐨𝐬𝐚𝐧𝐠 𝐫𝐞𝐚𝐜𝐭𝐢𝐨𝐧𝐬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora