Capitulo 15:

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Narra Seoho:

Empecé a contarle a Keonhee como era mi relación con mi ex, que en un principio todo era color de rosas pero conforme la relación avanzaba se iba manchando, llegando a un punto dónde todo se volvió negro.

Me denigraba constantemente, me engañaba, desaparecía por días y regresaba cuando ocupaba algo de mi o solo para tener una noche llena de lujuria y al día siguiente se marchaba.
Todo fue un completo infierno, pero lo peor era que yo no quería salir de ahí, lo amaba con todo mi corazón que no lo quería dejar.
A pesar de todo el daño, aún quisiera estar a su lado, pero estaba consiente de que ya no era sano para mí, y sabía que si volvía no iba a salir tan fácilmente.

Mientras le contaba todo esto al menor, mis ojos fueron invadidas por las lágrimas, las cuales caín lentamente por mis mejillas.

– Seoho...

Fue lo único que pronunció Keonhee y enseguida me estrechó entre sus brazos, ejercicio unas cuantas caricias en mis espalda, brindándome una calidez que hace mucho no sentía.

El silencio entre él y yo abundó por completo, tanto fue así que lo único que se escuchaba en mi cuarto era mi llanto.
Cuando estaba medianamente tranquilo me aparte de él en silencio.

– Ya no estás solo.

Esas palabras dichas por el de alta estatura hicieron que mis ojos se encontraran con los suyos, generando un largo contacto visual.

– A partir de hoy tu sufrimiento será también mío, por lo que porfavor te pido que vengas conmigo cuando estés mal...

Sin apartar su vista de mi, sujeto con firmeza mis dos manos, llevando estás a su pecho.

– Prométeme esto Seoho.

– Lo prometo.

No dude ni un segundo en responder, acto que me sorprendió, ya que usualmente no me gustaba compartir mi dolor.
Pero, algo había en él que me hacía confíar, me sentía seguro si estaba conmigo, una sensación agradable me llenaba por completo cuando sostenía mis manos o me abrazaba. Quizás por eso con él todo era diferente.

Después de esta charla que en un principio fue amarga pero al final tomo un sabor dulce, los dos hablamos de cosas sin irrelevancia, que en su mayoría eran completas tonterías.
El día paso rápidamente y trajo consigo la noche, en un principio esto no nos importó, pero el sueño nos estaba ganando a los dos.

Keonhee se despidió con una ligera sonrisa y al momento de levantarse casi caía al suelo, pues tropezó con su propio pie pero por suerte logro mantener el equilibrio.
De lo que no se salvó fue de estamparse con la puerta, estaba tan feliz mirándome mientras festejaba no haberse caído que la tragedia ocurrió.

Como era de noche y no quería despertar a los demás solo me dedique a soltar pequeñas risitas.

Finalmente salió de mi habitación y yo me levanté para colocarme mi pijama, en el transcurso pensé que iba a ser una noche donde yo me lamentaba por cosas del pasado, pero tal fue mi sorpresa que al momento de tocar la cama caí profundamente dormido dormido.

Los días seguían pasando y mi relación con Keonhee fue creciendo de manera impresionante, siempre estábamos juntos, no había día en el que no estuviéramos jugandole una broma a los demás miembros. Siendo honesto jamás pensé que me volvería a divertir así de nuevo, pero Keonhee me demostró que era posible.

Las noches de melancolía me seguían atacando, era obvio, no tan rápido iba a sanar por completo.
Para combatir esto Keonhee me sugirió que cuando esto pasara fuera a su cuarto, así él se encargaría de despejar cualquier dolor y me ayudaría a caer dormido.

Me negué en un principio, ya era suficiente con que me soportará en el día. Pero las noches no cesaban, al contrario, iban aumentando cada vez más.

Así que ahí estaba, parado afuera de la habitación del menor, debatiendo si entrar o no.
Los nervios me consumían y las manos no paraban de temblar, no entendía mi comportamiento.

En un arranque de valor abrí la puerta y me deje ir a su cama, me adentre debajo de las cobijas y abrace a Keonhee por la espalda. No tardó en notar mi presencia pues no había sido tan delicado así que lo termine despertando.

– No puedo dormir.

Esas palabras salieron de mi boca cuando se giró para verme.
Aunque no lo podía ver con claridad supuse que estaba sonriendo, él siempre lo hacía, no sería raro que lo estuviera haciendo ahorita.

– Tranquilo.

Murmuró para enseguida apapacharme entre sus brazos, acariciando mi cabeza para relajarme.

– ¿Quieres que te cante algo para que puedas dormir?

En respuesta a su pregunta solo asentí lentamente.
El silencio se adueñó un poco de nosotros por unos segundos, en lo que Keonhee pensaba que me podía cantar.

– Cantaré no temas ya
   No te dejaré~
   Y en tus sueños podrás reír
   Mientras cuidé de ti no me iré nunca

Su voz era totalmente delicada, aunque estuviera casi susurrando lograba apreciar el bello tono de su voz.
No había escape de aire, ni siquiera la voz se iba a su nariz, todo era tan limpio.

– Y cantaré tu canción si te hacen caer
   Como un suspiro de amor te daré
   Así que no llores ya
   Mira al cielo y verás
   Que estoy más allá... Solo no estás...

Mientras cantaba la última parte de aquella linda canción mis ojos se estaban cerrando lentamente, el sueño me iba a dominando y no iba a resistir.

– Descansa Seoho~

Fue lo último que alcance a escuchar, no estaba seguro si beso mi frente ya que estaba cada vez más dentro el país de los sueños.

 𝕷𝖔𝖘 𝖈𝖚𝖆𝖉𝖗𝖔𝖘 𝖓𝖔 𝖘𝖔𝖓 𝖑𝖎𝖓𝖉𝖔𝖘//𝕺𝖓𝖊𝖚𝖘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora