Roulette •Heimfrost•

12

Heimdall paso todo el día pensando en ese beso. Si,lo quería, pero se preguntaba desde cuando. Si se ponía a pensar, encontraría muchas respuestas en su cabeza. Si pensaba en Loki,su cuerpo tenía ciertas reacciones,se preguntaba desde cuando esto era así. Nunca se había sentido atraído por un hombre antes,¿Que lo había atraído ahora? Loki era hermoso,su belleza era incapaz de compararse,su picardía y buen humor eran realmente disfrutables. Heimdall sentía su corazón bombear contra sus costillas al pensar en lo que había sucedido ese día en el estudio…y podia asegurar que no solo su corazón se emocionaba por eso.

Refrescandose,bajo la ducha,se dio cuenta. No podía dejar de pensar en él,ni un momento,estaba en su cabeza,distrayendolo,necesitandolo.

—Mierda.

Si,Heimdall lo quería,y quizás más. Heimdall estaba enamorado. Se había perdido en él desde el primer momento en que lo vio,cautivado por sus ojos y ahora…ahora lo había cautivado por completo. Había costado en él percatarse de ello, principalmente porque nunca había sentido una atracción a un hombre, nunca había dudado de su heterosexualidad hasta cuando lo vio a él. Era un hombre sumamente atractivo,seguro de si mismo y bastante coqueto. Había entrado en su vida como un vendaval,poniendo las cosas que habían estado de cabeza en su vida en su orden correcto. Solo en dos meses, parecía que había pasado menos tiempo.

Loki le había conseguido un mejor trabajo,donde le pagaban bien y tenía más tiempo para si mismo,le había conseguido algunas amistades,que lo habían agregado a su chat de WhatsApp y lo vivían incluyendo en todo lo que pudieran,como los Fandral que lo llevaron a una discoteca un día de semana,o  Starlord que le quería enseñar a ser DJ. Loki había conseguido para él muchas cosas, incluso el latido desesperado y adolescente de su corazón. Loki era un cambio en su mismo en su vida y no podía evitar sentirse agradecido,no solo por lo que él había hecho,sino por lo que él era,lo que producía en él cada vez que batía sus pestañas en su dirección.

—¡HEIMDALL,TE ACABASTE EL AGUA!

El grito de Amora lo devolvió a la realidad y si,ella tenía razón,se estaba helando,el agua estaba a cero grados probablemente. Salió tiritando de frío de la ducha,no hacía calor ya que estaban en otoño casi invierno y envolvio una toalla alrededor de su cuerpo justo cuando la puerta se abrió. Amora no tenía respeto por su intimidad, siempre había intentado invadirla,pero nunca había hecho algo de esa magnitud. Heimdall se molestó,más que avergonzarse de si mismo.

—Amora,sal de aquí ahora.

—¿Y que pasa si no quiero?—sugirio con un ronroneo que parecía ser sensual,pero jamás había despertado nada en él—

—No me interesa lo que quieras,jamás me intereso.

Amora no entendía de "No", simplemente se acerco como un depredador acechando a su presa.

—Uhh,el niño tiene agallas,¿no tienes nada para mí?

—Sal de aquí antes que Sif venga a sacarte arrastrando del cabello.

—Umm,no lo creo,—susurro mientras lo acorralaba contra el lavabo—¿Sabes por qué? Thor vino a buscarla hace unos minutos, ella se fue con él,no está para detenerme y tú no lastimarias a una mujer indefensa,¿Verdad?

—Tu estás acosandome ahora,lo haría, estoy en todo mi derecho.—ella tuvo el cinismo de reírse—

—¿Quien le creería un hombre como tú? Soy la única mujer que te prestará atención,deberías agradecermelo,soy una mujer atractiva, cualquiera creería que tú intentaste algo, después de todo,soy tu amiga desde hace tiempo,¿No?  Deberías recompensarme.

—No,no lo eres,me provocas asco,Amora.—dijo él lo más firme que logro mientras ella intentaba besarlo—

—Lo que dices no es muy amable, ahora,deja de ser tan poco hombre,¿Tanto te cuesta satisfacer mi deseo?

—No me excitas,no me gustas,Amora.

—Te juntaste con ese maricon y tu hombría se fue por el caño,¿Cierto? Yo te la voy a devolver entonces.—murmuro mientras arrastraba sus manos por su torso desnudo mientras su boca callaba la suya—

Heimdall se quedó quieto, sintiéndose asqueado,tenía razón en algo,si él la empujaba o algo parecido, la única persona que le creería sería su hermana,la única que sabía cómo era la verdad. El frío ya era un problema minúsculo en la mente de Heimdall, más cuando sintió que las manos de la descarada mujer se dirigían a la única prenda que la separaba de lo que quería. Él estaba temblando y no exactamente de satisfacción,trato de relajarse,de pensar en otra cosa pero aquellas manos,aquella boca, simplemente no podía dejar de angustiarse.

Trago saliva mientras los labios de ella descendían a su cuello, mientras sus manos encontraban el extremo escondido de la toalla,liberandola y comenzando a abrirla. Ella sonrió y…

—¡Aléjate de mi hermano,rubia asquerosa!

La voz de Sif interrumpió a Amora,cuya sonrisa se transformó en  una mueca de molestía antes de transformarse nuevamente en una sonrisa,la falsedad derramándose por las comisuras de esos labios carnosos. Soltó a Heimdall y su toalla,la cual él rápidamente agarro para evitar que se cayera.

—Oh,¡Sif! No queríamos que nos vieras asi,—dijo Amora viendo a la chica—ya sabes como es de especial tu hermano…

—No lo repetiré,o te alejas o yo te voy a sacar de aquí a rastras.

—No son necesarios los celos, cariño, siempre vas a ser la mujer de su vida,—se río mientras salía del baño y pasaba junto a Sif y Thor que estaba detrás de ella—¡Nos vemos, querido Heimdall! Luego terminaremos lo que comenzamos…

Sif siguió a Amora para asegurarse de que se iba lo más rápido y Thor se apresuró a entrar al baño para ayudar al moreno. Él aún no se había movido,su respiración estaba agitada y aún estaba angustiado.

—Heimdall,amigo,¿estás bien?—cuando Thor tocó su brazo, él se encogió en su lugar—Hey,hey,todo está bien…esperemos a Sif,que ella te lleve a tu habitación…¿Sif?—grito luego Thor—

Sif subió un minuto después, abrazo a su hermano del modo que pudo y lo llevo a su habitación. Thor se quedó afuera mientras Sif buscaba algo de ropa para su hermano y trataba de que se la pusiera,era su hermano además de ser un hombre. La angustia del moreno había pasado a más,las lágrimas comenzaban a caer por sus mejillas silenciosamente. Se sentía desagradable y sucio,como si las manos de la mujer aún estuvieran rastreando su piel.

—Voy a matarla,juro que la voy a matar…—Sif se arrodilló frente a su hermano y limpio las lágrimas de su hermano—Ya, tranquilo,no llores,¿Si? Me voy a quedar contigo,no debí irme…—ella se levantó y lo abrazo con fuerza—Agradezco a lo que sea que me di cuenta y regrese antes de que esa estúpida llegará a más. Acuéstate…me quedare aquí hoy.