⏳Un amor justo a tiempo⌛ TERMINADA ✔

Capítulo 11

⏳Un amor justo a tiempo⌛

Narra Mathilde.

Alquilé un pequeño departamento no fue muy difícil encontrar un lugar y pues.......... ¡New York! ¡Aquí estoy!
No de la manera que yo hubiera querido; dejando a mi amor destrozado, mi casita en la playa, mis padres y toda una vida en otro lugar.
Tengo que buscar un trabajo, pero no de maestra eso aquí no me servirá de nada, así que mañana muy temprano saldré a buscar un empleo.

Narra Alexander.

Llego a casa con el sobre en la mano, noto que mi madre y Amaia ya tienen listas las maletas en la entrada de la casa.

-Buenos días hijo, ¿Dónde andabas? Fuí a buscarte a tú habitación y me dijo la empleada que habías salido.

-Buen día madre, salí a despedirme de Sebastián y encargarle un asunto ahora que no estaré.- Recuerdo que jamás le dije a Sebastián del viaje, pero es mejor así, que nadie sepa en donde estaré.

-Muy bien hijo, tu equipaje ya está en la camioneta, ve a desayunar algo porque no tarda en llegar la ambulancia que llevará a tu padre.- Mi madre se acerca a mí y pasa su mano sobre mi mejilla -Amaia está ayudándome con las cosas de tu padre, ella en verdad te ama y está muy arrepentida.

-No tengo apetito, mejor voy a ver a mi padre.- Le depósito un beso en la frente y doy la vuelta.

-Hijo te pido un favor, no hagas nada para que tu papá no se altere, por favor.- Escucho a mi madre mientras voy caminando.

-No te preocupes madre, nunca me atrevería a hacer algo que lo ponga mal.- Se lo digo sin voltear a verla.

Voy primero a mi habitación para guardar en mi caja de seguridad el sobre con la carta y después voy a la habitación para ver a mi padre. Amaia se encuentra ahí ordenando las cosas que mi padre llevará.
La veo muy diferente, no parece esa chica presumida que solo piensa en ella misma.

-Buen día, padre y Amaia.

-¡Buen día!- Contesta Amaia y mi padre.

-Perdón, los dejo solos.- Dice Amaia.

-No, quédate por favor Amaia.- La detengo y ella asiente con la cabeza y se queda.

-Padre, me da mucha alegría que no te haya pasado nada malo, no sabes como me sentí anoche que llegue y te mire acostado con tus ojos cerrados. Me imaginé lo peor... ¡Te amo padre!- Le doy un beso en la frente.

-Hijo, aquí estoy soy un roble-. Me toma de la mano.

-Yo solo quiero que seas feliz, ven Amaia por favor. No me harían más feliz que ustedes arreglaran sus problemas y retomen su relación.- Amaia me voltea a ver y yo solo le doy una sonrisa. -Gracias Amaia por estar a lado de Fátima y de mi hijo en estos momentos difíciles.

-No hay nada que agradecer Leandro, yo lo hago con mucho cariño y por esa amistad que siempre ha existido. Ayer que llegué usted me recibió con mucho cariño sin imaginar que unas horas después lo vería en una cama.

-Gracias hija.- Dice mi padre.

-Muchas gracias Amaia por estar al pendiente y por todo lo que estas haciendo.- Le digo a Amaia con una sonrisa que ella corresponde.