⊰ 𝐃𝐚𝐢𝐥𝐲. || 𝐄𝐫𝐮𝐫𝐢 - 𝐄𝐫𝐰𝐢𝐧 𝐱 𝐋𝐞𝐯𝐢. ⚠️ CANCELADA

capítulo 4: Primer año.

Las manos del rubio pasaban por el desnudo torso de su pareja quien, soltaba suaves jadeos a la vez que entrecerraba sus ojos. Ambos se hallaban alejados de todos, habían tomado un bus para una privada playa, Smith lo había propuesto. Querían estar a solas aunque sea dos días.

Habían llegado no hace más de dos horas a una cabaña que rentaron, cuando llegaron, se dedicaron a limpiar el lugar por exigencia del Ackerman, luego fueron a comer. Finalmente habían terminado en la cama, uno encima del otro mientras que juntaban sus labios con los del otro, así mismo, se mantenían bastante cerca. No querían separarse.

Era de noche, aproximadamente las doce la noche, la habitación era alumbrada por una lámpara que estaba en un mesón, la poca luz era suficiente para ellos, para ver ambos cuerpos semi desnudos. Los dos solo se hallaban con ropa interior, al igual se hallaban bastante excitados, podía notarse tanto como en sus entrepiernas tanto como en sus ruborizados rostros.

- Er...win... - Susurraba el azabache entremedio de un jadeo. Sentía como su pareja proseguía a besar su cuello provocándole Pequeños escalofríos a la vez que arqueaba su espalda inconscientemente. Luego de ello, con su rodilla comenzó a acariciar con suavidad la entrepierna ajena. El rubio no se quedaba atrás, también soltaba suaves jadeos en cuanto el otro movía su pierna. Smith con ambas manos fue bajando poco a poco la ropa interior ajena, aunque no por completo pues el otro se lo impedía, de algún modo le llegaba a dar vergüenza el que alguien más lo viera desnudo. Erwin no forzó, por lo que prosiguió a meter solo su mano en la ropa interior de Levi para así, comenzar a masturbarlo muy lentamente procurando acariciar la glande con su pulgar.

Así se mantuvieron al menos media hora, con suaves caricias, dulces besos, para ambos era bastante tierno todo. Finalmente Levi Decidió tomar la iniciativa, empujando a su pareja con ambas manos para después sentarse sobre su abdomen.
- Oye... Si quiero hacerlo... Por si estabas... Dudandolo. - Susurraba Ackerman posándo ambas manos sobre el cuerpo pecho del otro, luego de eso, empezó a quitar su bóxer y bajar el del otro dejando así expuesto el miembro ajeno.

Ambos ya habían planeado las cosas con anterioridad, por esa misma razón, habían comprado preservativos y lubricante antes de ir sabiendo a lo que podrían llegar. Aquellos productos estaban sobre la cama.
El azabache tomó un condón y lo fue abriendo con cuidado para después colocarlo lentamente en el miembro de su pareja. Juraba que si Erwin se le ocurría comentar algo, lo callaría de inmediato, ya tenía suficiente con tener el valor de hacer tales cosas con él para que fuera y le preguntara sobre algo. Jamás había hecho algo similar, así que los nervios eran notorios entre ambos.

Al cabo de un rato, acabó por acomodar el preservativo, luego de ello, Erwin tomó el embase de lubricante y tomó un poco con sus dedos para después, meter su dedo índice en la entrada del otro provocando por parte de este un escalofrío incómodo.
- ¡Agh! N-no hagas eso tan repentinamente inútil... - el rubor en las mejillas del más bajo aumentaba por tal acto mientras que en los labios del rubio se formaba una leve sonrisa. - Solo no quiero que te duela... Si de verdad quieres hacerlo, quiero que también disfrutes y no sientas tanto dolor. - Susurraba Erwin mientras que metía un segundo dedo en la entrada ajena provocando que el otro arqueara la espalda.

El lubricante hacía bien su trabajo, facilitaba el movimiento de los largos dedos del rubio, por lo tanto, no era tan complicado. Lo último que quería era lastimar a su pareja. No se confiaba demasiado, por lo cual, sacó sus dedos poniendo más lubricante en sus dedos y así, volvió a meter aquellos dos dedos provocando un gran escalofrío en el cuerpo del más bajo por Aquella sensación tan extraña.

- Ngh... ¿No crees... Qué ya está bien?-
preguntaba Ackerman Mientras que entrecerraba sus ojos por tales sensaciones. - Nunca es mucho. - Respondió Smith empezando a mover sus dedos cada vez más rápido metiendo esta vez un tercer dedo para poder fingir embestidas con estos. Levi no parecía quejarse demasiado, por lo tanto, Erwin asumía que no le dolía si ni siquiera lo decía.