la diafanidad de pensar

NI SE QUE DECIR

No merezco hablar y solo escuchar mi eco, a que tu lema sea llamarme cuando estés en problema mera desgracia.

Hacia el cansancio de que no valoren al que está cantando y que tomen en cuenta a la resonancia, no valgo precio interpolado, ni soy menos que un sonido proveniente de una cueva.

De que no vean los detalles, son ratones y niños caminando a la música del flautista de hamelin ¿única? Tremendo artista, ¿adulto? y no disciernes.

A atender por cumplir no porque está comprometido, para ti soy un tender-loin y tú de escasos recursos si las oportunidades son calvas, pobre gato kohana ya basta de que me gastes, ego no, verdades.