Capítulo 5

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Cómo puede, ella logra ponerse de pie, claro, con ayuda de Marcos.

Y ya de pie, uno frente al otro, Julie desvía la mirada ya que él no deja de verla con el ceño fruncido, como si estuviese analizando la situación.

A lo lejos, ella escucha como su mejor amiga Eliza se despide de la audiencia y Julie se vuelve hacia Marcos nuevamente.

— ¿Estás bien?

— Sí. —Ella le sonríe tímida y el le sonríe de vuelta— Gracias… No sé que fue lo que pasó.

— ¿Segura? Yo creo que sí se lo que pasó. —Su hermosa mirada se estrecha y Julie se sonroja de inmediato.

— ¿Ah sí? —Se aclara la garganta— Y según tú… ¿Qué pasó?

— Te impresionó verme de sorpresa.

Ella suelta una gran carcajada y Marcos le sostiene la mirada.

— ¿Por qué me sorprendería si ya habíamos quedado en vernos afuera?

— Por eso mismo. —El sonríe pícaro— Anticipé las cosas.

— Mmm…

Julie deja de mirarlo segundos después, el tiene unos ojos impresionantes, los más hermosos que ella alguna vez haya visto en toda su vida. Tiene los ojos más hipnóticos que pueden existir sobre la faz de la tierra.

Mordiéndose el labio inferior, susurra:

— ¿Tú tienes mi collar, cierto? Eso fue lo que entendí con las señas y tú llamado en el aeropuerto.

Marcos asiente sin dejar de mirarla en ningún momento.

— Sí Bellissima, lo tengo.

Julie traga saliva con fuerza ante lo escuchado y en un hilo de voz musita:

— ¿Podrías dármelo? Ese collar es muy especial para mí.

Al escuchar tal cosa, la curiosidad puede más que cualquier cosa y acercándose a ella, el susurra:

— ¿Puedo saber el porqué?

Julie deja de mirar sus manos entrelazadas para alzar la mirada hacia él.

— No.

— Entonces no te lo daré. —Responde con gracia y al ver su reacción, Marcos sonríe.

— ¡Oye! Ese collar es mío. Te pido amablemente que me lo regreses por favor.

— Pero yo en ningún momento te lo quite. —Se hace el ofendido.

Julie palidece y cubriéndose el rostro avergonzada, susurra:

— Discúlpame, no fue mi intención que se mal interpretara lo dicho.

— Pues lo hiciste. —Deja de mirarla y alzando su brazo observa la hora en su reloj— Me siento ofendido. —Sigue con su juego.

— Lo lamento. — Ella vuelve a disculparse— ¿Qué puedo hacer o decir para compensar lo dicho?

Ella sabe muy en el fondo que no ha hecho nada malo, pero está frente a un desconocido, de ojos hermosos y que de paso, tiene su valioso collar el cual muere por recuperar. Así que hará cualquier cosa por ello, y enojar u ofender al italiano, no está en sus planes.

La sonrisa en el rostro de Marcos la hace aspirar con fuerza y luego se sonroja al escuchar:

— ¿Decirme tu nombre… Tal vez?

— Mi nombre es Julie Rossi.

Él asiente con la cabeza y al ver que su mejor amigo Luciano se aproxima junto a Eliza, se apresura en decir.

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