Capítulo 6

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Martes 20 de junio 2018…

06:30 AM

La alarma en el teléfono de Eliza comienza a sonar sin parar, Julie se despierta en un abrir y cerrar de ojos y tanteando todo a su alrededor ya que el cuarto está en total a oscuras, llega hasta la pared continua y agachándose, llega ha la mesita de noche y enciende la lámpara la cual ilumina el cuarto de manera tenue, pero al menos eso le alcanza para distinguir donde se encuentra.

Caminando de regreso a su cama, observa la hora en su teléfono y maldice al darse cuenta que faltan pocos minutos para las siete.

— ¡Eliza! —Ella alza la voz mientras corre hacia la cama de su mejor amiga— Despierta loquita. ¡Debes ir a trabajar!

Eliza comienza ha gruñir quejándose y de un manotazo aleja la mano de Julie de su rostro.

— ¡Auch! —La castaña chilla— Estúpida, despierta o van a despedirte en tu primer día. —¡Malagradecida! —Ella le devuelve el manotazo— Eso te pasa por borracha enamorada.

— ¡Cállate! —Eliza chilla al sentir el ardor en la espalda por el manotazo de Julie— Que mano tan pesada tienes… Mala.

— ¡Jah! Ahora soy la mala. ¡Vaya tú!

Treinta minutos después..

Mientras Eliza termina de arreglarse en el baño, Julie le plancha su hermoso abrigo ejecutivo. Y al ésta salir del baño susurra:

— Oye… ¿Y qué onda con ese hombre?

— ¿Quién? —Julie se vuelve para mirarla por un momento mientras termina de planchar.

— Ese chico, el del aeropuerto. ¿Qué sucedió entre ustedes anoche? ¿Por qué andaban tan misteriosos?

Julie se sonroja de inmediato y negando con la cabeza una sonrisa escapa de sus labios.

— ¿Misterio? ¿Pero de qué hablas? Solo estábamos conversando.

— ¿Acaso crees que soy tonta? Mi borrachera no fue la suficiente, como para no darme cuenta que algo sucedía.

Julie suelta una carcajada y apagando la plancha le entrega su abrigo.

— ¡Estás loca! Aparte, alucinas… El efecto del alcohol yá es notorio.

— Sí ajá. Hazte la loca. ¡Vamos!

— ¿Por qué mejor no admites que estás queriendo involucrarme en algo que no existe para obviar que tú si andabas de coqueta con el tal Luciano?

Eliza palidece y se hace la ofendida dejando el tema por la paz. Ella sabe, que allí no quiere entrar.

En cambio Julie, suspira aliviada porque logró desvíar el tema para su conveniencia.

Además, no hay nada interesante que contar porque nada ha pasado, ni pasará. Ella no vino a Milán para aventurarse, ni para sacar un clavo con otro.

Vino para superar el dolor, para distraer su corazón herido por casi cuatro años tirados a la basura, gracias a la infidelidad de Nathan.
Aún le cuesta creer, que éste le haya hecho tal canallada. No le sorprende, porque en dado caso si un hombre quiere ser infiel, lo será sin pedir permiso y cuando le de la gana.

Pero la forma en que él lo hizo, no fue la correcta, ella jamás podrá perdonar tal barbaridad. Nathan le hizo creer que la amaba y tal vez sí lo hizo los primeros dos años, pero el último año ya nada era igual. Todo fue decayendo, y ella, como tonta enamorada creyendo que todo estaba bien, ni siquiera, se dio cuenta que su pareja le era infiel desde hace cinco meses.

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