Cuatro píldoras,
una habitación desordenada
y un humano,
tirado en el suelo,
pensando,
pensando
y pensando.
Pensando en su chica,
ella no le conocía.
Cero píldoras,
una habitación desordenada
y un cadáver,
tirado en el suelo,
marchitándose
y marchitándose.
Gritos robaron
el silencio del
suicidio y unos ladridos
despertaron
el cadáver
de Greg.