Mi bebé-- yoonmin +18

cap 48

–¿a donde van?

MIERDA

Antes de que el hombre enojado de un paso o suelte otra palabra Hoseok cerró el ascensor y al azar presiono un botón dando con el del piso más alto.

– gracias– dije en suspiro

– ¿ahora que?

– iremos por las escaleras, no hay de otra...

– ¿hasta el estacionamiento?–

–Si

–¿pero y Tae?

–lo tendras que cargar

–¿que? Pero es más grande que yo
–soy más grande que él – dije al compás con Tae

–yo lo hare– se ofreció Jin

– ¿seguro?

–si hyung– respondió y justo en ese momento el teléfono de Hoseok sonó, él contesto desesperado pero al saber quien era pues tenía que hacerlo.

–hyung ya llegó, me mandó a traer a  Jungkook, por favor apresurense que parece que le hará daño.

Todos escuchamos esas palabras y nos quedamos perplejos, más que nada Tae que estaba a punto de llorar.

–no lo permitas Felix, tienes que hacer lo posible para que no lo toque, no quiero ni una marca en el cuerpo de Jungkook

–Haré lo posible pero vengan rapido hyung

–okey– colgó

El ascensor se abrió y Salimos caminando hacia las escaleras, con un paso rápido pero sin llegar a correr (para no llamar la atención y porque Tae no podía con su pierna)

Nadie nos vio o habló pero al cruzar la puerta teníamos a cinco guardias y al doctor subiendo por nosotros, asustados volvimos a entrar y ahora corriendo fuimos por el ascensor que aún seguía abierto.

–hyung ayúdeme– suplicó Tae, el pie le estaba fallando y se notaba que unos pasos más y caería. Tomé su brazo izquierdo y lo puse rodeando mi hombro.

Jin y Hoseok nos estaban esperando y al entrar presionamos dos botones. Ibamos al piso dos, el más apropiado supongo.

– Jin ya cargalo– ordenó Hoseok – ni bien salimos corremos hacia la puerta, no tenemos tiempo

Dicho y hecho ni bien las puertas nos dieron paso, salimos todos hacia la pequeña puerta que tenía un "Exit" en la parte superior y crusandola bajamos lo más rápido posible llegando a una sala grande con varias puertas y pasillos y al ubicar a la que llevaba al estacionamiento fuimos hacia ella y cuando yo, el ultimo, estaba por cerrarla los guardias nuevamente aparecieron.

Mi corazón, que ya estaba alterado, saltó más y empuje a los chicos

–¡corran corran! ¡Vienen detras Nuestro!

Aceleramos el paso y buscando mi auto, no lo encontrábamos por ninguna parte y los guardias nos estaban pisando los talones, era la mayor adrenalina que había sentido en toda mi vida hasta ahora... corrimos como no tienen idea pero cuando nos disponíamos a cruzar una de las "calles" el carro apareció, al reconocerlo abrimos las puertas y nos aventamos a este.

El carro aceleró y suspiramos aliviados, ya estábamos fuera del hospital pero todavía nos faltaba mucho por hacer.