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Capítulo 21 | Rebecca

‹‹Rebecca››

—Debes estar sorprendida —dice Andrew, después de caminar por el largo pasillo.

—La verdad no, olvidas que ambos nos escondemos de las personas —trato de bromear.

—Pero ya no más.

—Ya no más —le doy un beso rápido.

Estos días que la hemos pasado juntos han sido los mejores. Nunca he estado tan contenta en mi vida como lo estoy ahora.

Andrew abre la puerta de su oficina, y ambos entramos, sin soltarme de la mano hasta que llegamos en frente de su escritorio.

—Bienvenida —dice, observándome con una sonrisa en el rostro.

Escudriño su oficina: el escritorio esta lleno de papeles, bolígrafos, su laptop, un taza con residuos de café, el teléfono inalámbrico a un lado de ésta. Dos sillas giratorias al frente del escritorio y una al fondo. Miro a mi izquierda y veo la ventana, que ahora esta abierta y el aire se dejar colar hacia adentro. También veo el sofá blanco que esta junto a la puerta. Y otra puerta más, que esta a la derecha. Y una jarra con agua que esta encima de un mueble que esta junto a la pared.

Solo esta lo necesario, nada de decoraciones, las paredes de color blanco, igual que en su departamento.

Vuelvo la vista nuevamente a la ventana y camino en su dirección, mi vista baja hacia las personas que transitan por la calle.

—Es una vista muy bonita —le comento, observando también los edificios cercanos.

—Sí, concuerdo contigo. Es una vista muy bonita —dice Andrew.

Giro la cabeza y veo que me está observando de pies a cabeza. Me sonrojo ante su escrutinio.

Andrew se acerca y me abraza por detrás.

—Yo me refiero a…

—Y yo me refiero a ti —me interrumpe, besándome el lóbulo de la oreja.

Me volteo quedándome en frente de él y comienzo a besarlo. El beso lento se vuelve urgido, segundos después Andrew tira de mi labio inferior y yo gimo en respuesta, a mi mente llega el recuerdo de la primera vez que nos besamos en su oficina; en el club nocturno, y ahora también nos estamos besando en su otra oficina.

Andrew besa mi cuello lateral, y quiero tocarlo. Quiero sentir su piel. Sé que nos hemos besamos muchas veces ya, y que dormimos juntos todas las noches, pero solo ha sido eso; solo dormir. Y ahora... solo quiero me toque.

Aunque mi mente me esta diciendo que pare, que tenemos todo el tiempo para esto en su departamento. Pero mis hormonas han despertado.

Observo hacia el sofá.

—A-Andrew alguien puede venir —apenas logro pronunciar.

—¿Y? —murmura, contra mi piel.

—Nos pueden ver…

Entonces, el teléfono de su escritorio empieza a sonar.

—Mierda —dice, mientras rueda los ojos.

Me río.

—Contesta.

—No.

—Contesta —le insto nuevamente—, puede ser importante.

Le quito los restos de saliva de sus labios. Pero antes de encaminarse a su escritorio para contestar vuelve a besarme.