Capítulo 35 | Rebecca

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‹‹Rebecca››

—Haber, haber... Espera, déjame asimilarlo —dice Gabo. Cuando mi mamá termina de contarnos cómo fue qué llegué a ésta familia— Entonces, ¿tú y yo no somos hermanos? —me pregunta.

Lo observo, pero soy incapaz de mencionar palabra alguna. Ya que en mi mente sigue rondando la frase que mencionó mamá "Te encontré en un callejón, dentro de una caja de cartón. Y estabas llorando". Literal, ¿me tiraron como una basura?

Pero, bueno yo misma le pregunté cómo fue que llegué con ellos. Cuando dijo que no hubo ningún tramite de adopción.

—Claro que lo son. No digas tonterías —le dice mi mamá a Gabo—. Aunque no lleven la misma sangre, aunque Becca no haya crecido en mi vientre es mi hija desde que la tuve en mis brazos y ustedes nunca dejarán de ser hermanos. Y van a seguir queriéndose como siempre lo han hecho.

—¿Estás bien, hija? —pregunta papá.

Alzo la vista hacia él y asiento.

—Becca —habla mamá—, no sé si era lo correcto decírtelo o no. Pero, desde que empezaste a crecer y entender las cosas yo siempre quise decírtelo. Sabes que a mi no me gustan las mentiras y menos guardar secretos entre nosotros, pero, tenía miedo... No quiero que nuestra relación cambie. Porque yo sigo siendo tu madre, ¿verdad?

Asiento en su dirección—: Siempre lo vas a ser.

—Mamá, yo, no sé qué decirte... —dice Gabo—, lamento que no hayas podido embarazarte después de mí, lamento que te hayan extirpado el útero por el maldito cáncer.

—Eso ya es pasado hijo —dice mamá—. Ahora vengan —extiende los brazos a los lados a la espera de que nos acerquemos y pueda darnos un abrazo. Gabo y yo nos acercamos, y mi papá también se unos une al abrazo—. Los quiero muchos, hijos —nos besa la parte superior de la cabeza.

—Te amo mamá —le digo—, eres la mejor.

—Mi pequeña —me da otro beso en la cabeza—. Gabo, siento no haberte podido cuidar como se debe, pero...

—Mamá, tu eres la mejor mamá del mundo —le dice a Gabo—. Ustedes son los mejores papás del mundo —también observa a papá.

—Yo también los amo, hijos —nos dice papá. 

—Entonces, ¿Lo pasado, pasado? —pregunta Gabo.

—Becca, ¿todo bien? —me pregunta mamá.

—Sí —le digo y observo a Gabo—. Lo pasado, pasado.

—¿Segura? —inquiere mamá.

A decir verdad, no me afectó tanto. O sea, es decir, si me tomó por sorpresa todo. Pero como anteriormente había dicho, está es mi familia y no necesito a otra más. No necesito saber quiénes son mis papás biológicos y porqué me tiraron como una basura. Solo me dio curiosidad saber cómo llegué.

—Sí, mamá. Todo bien —Admiro a papá a mamá y a Gabo—. Los amo.

**

—¿Vamos a la sala? —pregunta papá cuando todos terminamos de cenar.

—Si —dicen Gabo y Andrew.

Y todos nos levantamos. Pero, mi mamá me frena.

—Oye —susurra cerca de mi oído—. Ven —me toma de la mano y nos guía al jardín—. ¿Qué fue lo pasó? —Por un momento frunzo el ceño. Pero, continua—. ¿Porqué Andrew llegó con el nudillo lastimado? —inquiere.

—Me encontré a Christian en la acera —le digo unos segundos después—. Y me estaba insultando.

—¿Qué? Ese idiota, pero...

—Tranquila mamá, sus insultos ya no me afectan.

—Entonces, ¿Andrew golpeó a Christian?

—Si...

—Bueno, se lo merecía.

—Pues si.

—Pero, ¿pasó algo más entre ustedes, no? —Ella siempre siendo tan perspicaz.

Por un momento bajo la vista.

—Si, nos distanciamos unos días, por una confusión.

—¿Una confusión?

—Alguien nos quiso separar.

—¿Cómo que alguien?


—Me tomaron fotos e hicieron fotomontajes. Simulando que estaba besándome con otra persona.

—¿Qué? Pero, ¿por qué? ¿Sabes quién hizo eso?

—No.

—Pero, ¿ahora todo bien entre ustedes?

—Sí.

—Me alegro muchísimo. Te veo más contenta.

Le sonrio—: Lo amo.

—Sí, se nota de lejos por como se miran.

—¿Tanto?

—Sí —sonríe—. Me recuerdas a tu papá y a mí, cuando eramos jóvenes —pausa por unos segundos—. Dime que te vas a quedar unos días, por favor.

—No lo sé...

—¡Becca!, te extrañé, y no es justo que te vayas pronto.

—Ok, ok. Me quedo.

—Eh, hola —escucho la voz de Andrew a mis espaldas.

—Hola Andrew —le dice mamá—. Bueno, yo me retiro los dejo solos —me guiña un ojo. Y se retira.

—¿Qué tal la charla de hombres? —le cuestiono.

—Estuvo interesante —dice, acercándose a mí. Me toma de cintura y yo rodeo su cuello con ambas manos—. ¿Entonces, nos quedamos? —pregunta Andrew.

—Supongo.

—Dime que vamos a dormir juntos.

—Nop.

—¿Porqué no?

—Porque no... —me callo al Andrew presionar sus labios sobre los míos impidiéndome hablar. Y yo acepto gustosa el beso. 

———

Corto xd.

Siento que no tuve inspiración alv :'v

NO ME DEJES IR © COMPLETA✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora