Rebecca creía haber olvidado su pasado pero, cuando su ex vuelve con la misma intención de hacer miserable su vida. Es cuando prácticamente sale huyendo de su país.
Pero... ¿Qué pasará cuándo se encuentre con Andrew?
Con ese chico guapo de ojos caf...
—¡No, no, no! —grita. Con voz tierna, pero con el gesto molesto y cruzándose de brazos.
—¿Por qué no? —le preguntó.
—Porque no quiero —dice así de simple.
—¿Porque no?, Esa no es una respuesta correcta.
—¡No, no, no! ¡Nooo! —hace un puchero.
—¡Hey!, no grites —trato de agacharme como puedo a su altura—. Cariño, ¿qué pasó? ¿Por qué no quieres bañarte?
—Papá aun no llega —dice, y las lágrimas se le acumulan en sus ojitos—. Yo quiero que él me bañe.
—¡Bebé no! —lo atraigo hacia mí, para envolverlo con mis brazos—. No llores, papá ya viene en camino.
—¿Me lo prometes?
Observo la hora en mi móvil.
—Te lo prometo —lo tomo de las mejillas, y le deposito besos en ambas—. Ven —lo tomo de la mano.
Salimos de la habitación de Kedeth.
Con cuidado descendemos de las escaleras. Y cuando llegamos al vestíbulo de nuestra casa. Esa que compramos después de regresar de nuestra luna miel. Al principio me parecía enorme. Ahora ya me he acostumbrado a eso, supongo.
Kedeth, prácticamente me jala hacia la puerta. Estamos cómo a dos metros de llegar, cuando ésta se abre, y aparece Andrew.
—¡¡Papá!! —grita Kedeth, y corre en dirección al hombre que amo.
Él se agacha y abre los brazos, para recibir a nuestro pequeño.
—¡Campeón! —le dice, al tomarlo en brazos y se pone de pie.
—¡Llegaste! —dice, me encanta su voz.
—Claro que iba a llegar, te dije que regresaría pronto —Andrew le dice. Y se acerca mí, para besarme. Y después me acaricia el vientre y también deposita un beso ahí—. ¿Estaban esperándome cuándo iba a llegar?
—Exactamente —contesto.
—Yo también los extrañé —vuelve a besarme—. Pero si les dije que regresaría pronto —dice, con una sonrisa y le toca un par de veces la nariz de Kedeth. A lo que a él le divierte y comienza a reír.
—Le dije a Kedeth que ya es hora de que se bañe, pero no quiere hacerlo.
—¿Por qué?
—Quiere que tu lo bañes.
—¡Sí! —grita él— Dijiste, dijiste que mamá no puede bañarme porque puede hacerle daño a la bebé.
Me rio al escuchar su comentario. Andrew también lo hace.
—Awww, bebé —le beso la mejilla—. Te amo.
—Papá, ¿me bañas? —le pregunta y sonríe mostrando demasiado los dientes.
—Claro —dice Andrew, no sin antes darme otro beso más—. Iremos a ponernos más guapos.
—¿Más de lo que ya están?
—Más de lo que ya estamos.
Me rio de su comentario.
—¡Papá te ama mucho! —me grita Kedeth, cuando terminan de subir el último escalón.
—¡Los amo!
Beso la punta de mis dedos y tiro el beso en dirección a ellos. Y después de eso me acaricio el vientre.
Después de cinco años seré mamá por segunda ocasión, pero ahora de una niña.
—¿Sabes que te amamos mucho, verdad? —observo a mi vientre—. Estoy contando los días para tenerte en mi brazos, pequeña.
——
¡We! 😢😍💖
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