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Las vacaciones de verano ni siquiera daban inicio aún y Taehyung ya tenía mil y un planes para ejecutar junto a su novio y sus amigos. Decir que estaba emocionado era poco, parecía niño pequeño ideando y contándole sus ideas a Jimin, quien siempre lo escuchaba atento y se reía de su gran imaginación. Mientras que Jungkook no servía mas que para seguirle la corriente y darle más cuerda a su imaginación, creando historias que quizá no ocurrirían y sacando planes secundarios por cualquier cosa.

Los primeros días de vacaciones se utilizaron para que ambas parejas fueran de compras y buscaran lo necesario para su viaje, porque sí, Taehyung logró convencer a Jimin de que viajar nuevamente a Busan era la mejor opción del mundo.

Y fue aún mejor pues esta vez no eran ellos el centro de la atención de la señora Park, sino su mismo hijo, quien por primera vez después de mucho tiempo llevaba a casa a alguien a quien podrías denominar su pareja.
Aquella mujer de mediana edad y corazón cálido miraba encantada al muchacho metálico que estaba parado junto a Jimin, dándole una bienvenida a la familia como una verdadera suegra amorosa, causando que la parejita se pusiera tímida.

Para la noche de su llegada, Taehyung movió sus hilos y logró hacer que la sala de la casa se convirtiera en la habitación de él y Jungkook para así dejar a Jimin y Yoongi solos en la verdadera habitación, aún cuando la madre de Jimin se negaba a dejarlos solos en los sillones.

—No se preocupe mamá Park, estaremos bien —decía Taehyung con su encantadora sonrisa, acariciándole los hombros a la señora tratando de tranquilizarla.

—Pero son mis invitados, ¿cómo los voy a dejar dormir en los sillones?

—Sabe qué, tengo una mejor idea. Pero deberá prestarme cobijas, ¿sí? —la mujer le miró sospechosa y Taehyung sonrió como niño travieso.

Al final terminó por mover toda la sala, moviendo los sillones y muebles hacia el exterior, dejando un gran hueco de piso en el medio, donde colocó un par de cobijas como colchón y completó el lugar con todos los almohadones pequeños de los sillones. Era un pequeño desastre que a la pareja más joven le fascinó como si fuesen infantes en pijamada. La madre de Jimin no pudo decir nada ante las caras sonrientes y felices de los dos, así que simplemente les deseó buenas noches y dejó que se acomodaran como ellos más les complaciera.

Jimin y Yoongi subieron a la habitación poco tiempo después de que ellos se acomodaran, dejándolos finalmente solos en la planta baja.

Estaban abrazados, riendo divertidos. Taehyung le miraba el rostro sonriente a Jungkook, tenía su nariz arrugadita y sus lindos dientes de conejito eran resplandecientes frente a él.
Le era tan difícil pensar en que éste hermoso ser frente a sus ojos no era humano. Siendo tan vívido a veces olvidaba que con quien convivía a diario no era más que un ser robótico que había conseguido por despecho. Podía sonar triste si lo veías por ese lado, sin embargo, Taehyung creía en que aquella locura suya le había traído consigo la oportunidad más hermosa de su vida, por fin tener a alguien a quien amar de manera pura y recíproca.

—¿Qué tanto me miras? —la voz juguetona de Jungkook lo sacó de sus pensamientos.

—¿No puedo hacerlo? —preguntó de vuelta, siendo retador.

—Si me sigues mirando así, te besaré hasta que caigas desmayado.

Taehyung se echó a reír y le pegó en el pecho con diversión. Jungkook rio junto con él.

—Eres un pervertido —regaña Kim y Jungkook se encoge de hombros como puede, indicándole que no le importa serlo.

—¿Listo para ir a la playa mañana?

—He estado listo desde que me sacaste de la caja. Quiero jugar al volleyball y nadar.

—Voy a joderte en el volleyball.

Jungkook alzó las cejas fingiendo estar ofendido y se acerca aún más a Taehyung, pegando sus frentes y bajando el tono de su voz.

—¿Por qué no mejor te jodo yo ahora mismo?

La respiración de Taehyung se atascó y se echó hacia atrás, sin embargo, Jungkook no lo dejaría escapar tan fácil y se fue encima suyo, subiendo a horcajadas sobre él, aprisionado sus muñecas con sus manos a la altura de su cabeza.

Jungkook le miró desde arriba, como una fiera a su presa. Taehyung bailaba su vista hacia todos lados con vergüenza de que la madre de Jimin bajara en cualquier momento. Pero aún así, sintiendo la adrenalina del momento sin querer echarse para atrás.

—Sigue mirándome así y te besaré hasta hacerte caer —amenazó el castaño, usando el mismo tono que Jeon usó con él hace apenas unos minutos.

—Okay, hazlo.

Jungkook, sin dar tiempo a nada, selló sus labios juntos, haciendo que Taehyung se sorprendiera y quisiera carcajearse en medio del beso. Jungkook no le permitió escapar, añadiendo rápidamente la invasión de su lengua dentro de la cavidad bucal de Tae, robándole un gemido cuando ambas lenguas se enredaron gustozas al ritmo de un son que sólo ellas dos conocían.

Las manos de Jungkook liberaron las de Taehyung para perderse bajo la camisa de éste y acariciar su tersa piel de su abdomen suave, mientras que las grandes manos del castaño iban a sujetar sin cuidado el largo cabello negro de Jeon desde la nuca, haciendo que el robot soltara un gruñido gutural.

Segundos más tarde, el filo de la camisa de Taehyung se encontraba a la altura de sus clavículas y los pulgares juguetones de Jungkook masajeaban en círculos los pezones de su novio, quien parecía deshacerse bajo él en pequeños y lastimeros gemidos complacientes. La izquierda de Kim se quedó en la mejilla de Jungkook, jugueteando con la punta de sus dedos en el lóbulo del pelinegro, mientras que la diestra bajaba apresurada a escabullirse dentro de los cómodos shorts deportivos y encontrándose, sin tocar realmente, el miembro endurecido del metálico chico.

—Vamos, hazlo —ordena el de arriba con voz grave, bajando a mordisquear el cuello sensible de Taehyung, bañándolo en éxtasis por unos segundos.

Las manos hábiles del castaño acatan la órden, comenzando un juego en que deben ser extra cuidadosos para no ser pillados en toda la noche.

𝐅𝐚𝐤𝐞 𝐋𝐨𝐯𝐞 🍥 kooktaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora