Recuerdos

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Un pequeño niño castaño corría mientras tenía un avión de juguete en sus manos, estaba feliz, soñaba con qué podría volar, quizá en un avión, un cohete o quién sabe, tal vez hasta en un dragón.

Se imaginaba lo que se sentiría volar, ¿Sentiría cosquillas al sentir el viento en su cara? ¿alcanzaría un avión? ¿Tendría miedo?

No lo sabía, lo único parecido a volar era cuando su padre lo cargaba y fingía que lo hacía.

Su imaginación fue interrumpida por un golpe en su cabeza.

¡Auch!—exclamó el niño frotando el lugar en donde una pequeña piedra lo había golpeado

Miró al rededor para encontrar al culpable; su primo.

¿Qué pasa Haddock? ¿Te dolió?— hablaba con burla el niño de cabello negro

¿Por qué me golpeas?—sus ojos parecían querer cristalizarse, en verdad le había dolido el golpe y más aún saber quién era el responsable.

¡Eres un llorón!

—¡No es cierto!

Si lo es, lloras todo el tiempo.

El niño solo se frustraba, ¿Tan malo era llorar? En verdad no quería hacerlo ahora.

Pero no lo pudo evitar, sus pequeños sollozos se escucharon.

—No llores— Le dijo su primoMi padre dice que los que lloran son débiles.

¿Él era débil? Pues ahora se sentía vulnerable.

—Eres patético Haddock— fue lo último que escuchó antes de ver como el niño se alejaba.

Él niño se calmó, tomó su juguete y volvió a casa.

Hola cariño, ¿Que te pasó?—  preguntó la mujer mientras veía el rostro sonrojado de su hijo.

Mamá, ¿Soy débil?— el niño miraba al suelo, se sentía realmente mal

Cariño, ¿Quién te dijo eso?

U-un niño dijo que era débil, porque lloro demasiado.

¿Que dijo qué?— exclamó un hombre robusto mientras se acercaba a la escena.

Hijo, si una persona no llora, debe ser algún tipo de robot.

—Pero él dijo-

—Nada de peros, ¿Acaso tú no llorarías si te pasara... Esto?— el hombre fingió un accidente en su mano.

Auch ,Auch ,Auch, esto duele, ¿Lo viste? Incluso tu padre llora en ocasiones— el hombre saltaba mientras su rostro se sonrojaba levemente, como si estuviera a punto de llorar.

Él y su madre empezaron a reír, papá era muy gracioso.

A lo que me refiero, es que llorar es normal.

Tu padre tiene razón, si no tuviéramos sentimientos, ¿Qué diferencia habría entre nosotros y un robot?— Su madre lo tomo de los hombros para reconfortarlo.

—Que no te importe lo que digan los demás, papá y mamá estarán para ti siempre— su padre revolvió sus cabellos.

El niño sonrió, sabía que podía contar con sus padres.

Mentira...

Casi 9 años después, conoció su nueva realidad

Hipo, ponte derecho y quita esas lágrimas— su padre hablaba firme.

El niño limpió su cara con la manga de su camisa, en serio extrañaría a sus abuelos, pero tenía que irse.

No llores.

Se congeló, ¿Que no le habían enseñado lo contrario?

Vió a su madre caminado con prisa, ni si quiera lo veía.

Camino en la misma dirección que ellos y se subió al auto.

Su padre y su madre peleando, mientras él veía por la ventanilla del auto, esperaba volver a ver a sus abuelos.

Claramente no fue así...

Llegaron a una casa, sus padres bajaron y él solo los seguía hasta que su padre habló.

Hipo, ésta será tu nueva casa— el hombre abrió la puerta de la casa e hizo que el pequeño castaño pasara.

Solo observó a su al rededor, era linda, pero un poco vacía.

Volteó y observó que sus padres se alejaban, trató de seguirlos.

Hipo, quédate aquí.

Pero...

Ya eres lo suficientemente grande, entiende— su madre le hablaba distante.

Observó cómo subían al auto y se despedían, dijeron que "vendrían a visitarlo" como si de un adulto se tratase.

De regreso a la casa, vió a un pequeño cachorro que era perseguido por unos adolescentes que querían golpearlo, corrió lo más rápido que pudo, atrapó al cachorro y se encerró en su nueva casa.

Tranquilo, ya estás a salvo— lo acariciaba para tratar de calmarlo.

Y así fue como conoció a su primer amigo de verdad, los dos se rescataron mutuamente.



—¡Hipo! ¡Hipo! ¡Hipo!— Astrid agitaba suavemente al chico.

Este se había dormido en el sofá y al parecer, estaba llorando mientras dormía.

El chico despertó, encontrando los ojos azules de su novia.

—¿Estas bien? ¿Tuviste una pesadilla?

—No, solo... Estaba soñando algo triste.

—Ven aquí-— la chica lo abrazo y él también lo hizo.

Parecía una locura, pero en sus brazos se sentía seguro.

—Ya es hora de la cena, ¿Quieres comer?

—Claro

Los dos cenaron a gusto, con la compañía del otro, sus mascotas se hicieron notar, así que compartieron la comida entre los cuatro.

Hipo se sentía realmente feliz, quizá sus bellos recuerdos no regresarían, pero los guardaría en su corazón, ahora tenía una nueva familia y se prometió que los protegería, no cometería el error de sus padres.

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Hola! Que tal la cuarentena?
La mía estaría bien si tan solo no enviarán tareas! >:V

En fin, espero les guste el capitulo y les pido perdón por escribir en forma de guión :(

Y también quería preguntar, ¿prefieren un final feliz o un final triste?
No es para esta, es para un one shot que planeo, sobre Hipo y chimuelo
¿Que opinan?

Ahora sí, me despido, hasta la próxima!

La deportista y el tímido Donde viven las historias. Descúbrelo ahora