Cap 7

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Suppasit Jongcheveevat (Mew)

Me da mucha lástima saber que un paciente tan joven como el señor Gun (según la información del Doctor) esta sufriendo de TEP.

En la clínica normalmente vienen niños e incluso adolescentes con esa enfermedad, pero el nombre familiar de ese paciente me hace sentir un poquito más de simpatía.

Gun, mi crush en Preparatoria, apesar de que no somos de la misma edad, siempre lo veía venir en un carro blanco luciendo hermoso y sumamente elegante.

El no debería ni siquiera reconocerme,  un ser tan perfecto no debería conocer a gente común como yo, además de que el era nuevo en la escuela y yo estaba por salir.

Después de salir de preparatoria, estuve en otras relaciones, pero ninguna salió bien.

Parece ser que las chicas no son mi fuerte. Son complicadas y no me llevo tan bien con ellas, excepto con mi hermana, ella es una de las chicas más importantes en mi vida.

Off, El muchacho que entró en pánico ayer, siento que lo he visto en alguna parte. ¿Tal vez sea un actor o músico?

–Doctor, bienvenido, tiene 2 pacientes en la sala de espera –Gulf, mi asistente. Lo contraté hace unos meses porque el trabajo estaba terminando conmigo y el me ayuda a ser más organizado, me quitó un peso de encima.

–Muchas gracias Gulf –frunce el seño y regresa al mueble de recepción, siempre le ha molestado que lo tuteé, es divertido ver esa parte de el.

Entro a mi consultorio, acomodo mis cosas y desabrochó un poco mi corbata. Tener que viajar al hospital de mi viejo amigo fue cansado, sigue sin buscar psicólogos en la redonda, supongo que aún no se acostumbra al nuevo hospital en el que trabaja.

Doy luz verde para que el paciente entre y empiece la consulta.





...






Las 7:00pm y el último paciente sale de la sala. Qué día más cansado.

Escucho ruidos afuera del estacionamiento y veo a un chico tirado en la banqueta.

Salgo inmediatamente y pregunto la situación. Ver personas así de mal, es parte de mí trabajo como Psicólogo Clínico, tal vez solo debí estudiar Psicología y ya.

–Doctor!!, gracias a dios está aquí –habla una señora alado del chico tirado en el suelo–. Creo que está sufriendo una sobredosis y no se que más hacer

–No se preocupe, lo llevaré al consultorio ya mismo pero recuerde que la sobredosis se trata en un hospital general o privado –intentó levantar al chico pero como no reacciona lo único que logró es arrastrarlo unos cuantos centímetros–. Gulf!!, Ocupo ayuda

Grito y el nombrado viene enseguida, ayudándome con el chico y llevándolo a la sala de espera.

Compruebo que el paciente no tenga ningún síntoma demaciado grave, tomo temperatura, reviso su boca y checo otros requisitos.

Después de unos minutos el paciente se encuentra mejor después de solucionar la sobredosis.

–Muchas gracias Doctor –agradece la señora–. ¿Cómo puedo agradecerle?

–Cuidar al muchacho es suficiente, la próxima vez que sufra algo así, vaya a un hospital general, porque si hubiera sido demaciado grave, aquí no tengo el material para poder contrarrestar una sobredosis de más de 24hrs.

–Gracias Doctor, de verdad –el muchacho se repone y sigue en shock, me mira y me agradece con la mirada.

Ayudar nunca está de más, eso siempre he dicho pero tal vez debería aprender a decir que NO a veces.

Veo a Gulf empacando sus cosas, mañana es día de descanso para el.

–Gulf, déjame llevarte –ofrezco sin titubear, me acuerdo que la primera vez que lo vi, me sentí avergonzado, después de todo es atractivo.

–No se preocupe Doctor, estaré bien, no está tan lejos –sale de su lugar de trabajo y lo detengo antes de que llegue a la puerta.

–No seas tan modesto, yo te llevaré –Recojo mis cosas y salgo al estacionamiento de afuera junto a el.

Entramos al auto y emprendemos camino hacia la casa de Gulf, mientras yo vivo solo, el aún vive con su familia, debe estar muy apegado a sus padres.

–¿Como te fue en la mañana? –paro en un semáforo en Rojo.

–Una señora estaba renegando por qué no estabas y tuve que lidiar con ella, de hecho venía a una inyección –parece que la gente no entiende que es una clínica de Psicología y no un consultorio–. Me arto y se la puse yo

–Pero si tú no sabes poner inyecciones..–continuo cuando el semáforo se pone en verde.

–Bueno pues ahora lo sé –veo cómo sonríe al cristal, debería sonreír más seguido en lugar de tener el seño fruncido todo el día, se mira lindo.

–¿No le pasó nada a la señora? –pagar funeraria en estos momentos no está en mis planes.

–Claro que no, ¿acaso dudas de mi capacidad? –vaya pues tengo muchas razones para pensar que la señora podría estar en peligro.

–Pues pensando que es la primera vez que inyectas a alguien, sí –creo que esto irá a una discusión, me voy preparando para el ataque sorpresa.

–Te he visto muchas veces hacerlo, no me trates como un idiota!! –siento que mata con la mirada. Estaciono enfrente de su casa, parece que hoy lo traje temprano, las luces de su casa aún siguen encendidas.

–Se que tienes talento de sobra pero piensa que es peligroso –volteo en dirección a el.

–Ya soy un adulto, puedo asumir la responsabilidad de mis actos –agarra sus cosas y está apunto del salir del auto.

–Vaya, no veo a un niño de papa en la cárcel –sonrió de forma sarcástica.

Vuelve a acomodarse en el asiento y me mira con cara de enojado. No se porque me gusta molestarlo siento que es algo que ya es parte de nuestra amistad.

–Mira no quiero empezar de nuevo porque ambos sabemos que t..–me quedó a centímetros de su boca y le agarro el cuello, es la manera más efectiva de ganar una discusión.

Se pone rojo y se aleja rápidamente saliendo del auto. Este es el famoso ataque sorpresa.

Espero a que entre a casa, se voltea, mira al auto y me levanta el dedo de enmedio. Azota la puerta. Vaya niño pequeño.

Prendo el carro y voy rumbo a mi casa. Hoy definitivamente fue el día más cansado de la semana aunque creo que hoy dormiré temprano porque no tengo mucho que hacer mañana.

Llegó a mi casa y dejo mis cosas en el sillón, preparo mi cena y como, en la tarde no comí nada.

Me preparo para dormir y me acuesto, es un poco triste vivir solo, tal vez algún día llegue a tener un perrito o alguien que me haga compañía.

Suena el teléfono y atiendo.

–Doctor Mew, soy Off necesito su ayuda, Gun está mal –la voz del joven en la otra línea responde algo alterado.

–¿Dígame que tiene? –escucho movimiento y algunos sollozos.

–No lo sé...creo que se puede deber a lo que dijo del TEP –susurra esto último en el micrófono del teléfono.

–Dígame la dirección, iré para allá –me levanto y busco un papel para anotar la dirección.

Me dicta la dirección y de repente se pone más alterado de lo normal.

–Rapido Doctor, parece tener convulsiones –Off empieza a llorar y cuelga la llamada.





















Espero les haya gustado este CAP, perdonen si me retrasé pero se me pasó ayer publicar el capítulo, intentaré hacer capítulos más seguido pero no prometo nada. Díganme que les pareció, y vayan a darle amor a mi página de instagram y mi página e YouTube.

Byebye 💕💕

Hasta aquí llegó!! (PRÓXIMO A BORRAR)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora