The Guardian

Ocho

-Muy bien, una vez más, todos, el circuito completo,_anunció Kolivan, estaba encima de una plataforma, controlándolo todo.

Los novatos en eso eran Lance y Keith, no daban pena, pero aún estaban muy, muy verdes, sobre todo Lance.

-Vale, tienes que respirar y estar tranquilo, hay muchos olores, pero es fácil identificar el de Keith, ¿no?, tienes que centrarte en eso por ahora y en llegar al final del circuito, hacerlo mejor o peor ahora mismo no es lo más importante,_Adam era el compañero asignado para guiar a Lance, por ello de Keith se encargaba Shiro.

-Vale, vale, pero es muy difícil,_el cubanito estaba cogiendo aire, que seguir el ritmo de Keith era imposible, se notaba que era final de verano y ya se había recuperado del todo.

Con la alerta de amenaza y el intento de usurpar el poder de otras colonias, las defensas debían estar al máximo, y eso significaba entrenar duro.

Y todos los que estuvieran con un enlace debían de ser entrenados, eso los incluía a ellos, porque sus instintos les harían saltar al campo de batalla.

Y lo harían, Allura estaba segura, por eso los hacía entrenar.

-Tenéis buena conexión, pero tienes que centrarte en vuestra conexión primero y en clavar el circuito después, Lance es un vampiro, sus capacidades están por encima de las tuyas, sabes que nos entrenan como a ellos, pero con ciertos límites, dale tiempo tiene que controlar su sed y el vínculo,_Shiro le ofrecía algo de agua a su hermanito.

-Lo sé, aún así es muy distinto hacerlo, Kolivan nos mando ejercicios de conexión y Allura nos da una vez a la semana un intensivo para controlarlo, pero es muy difícil,_el azabache suspiró, bebió algo de agua y fue a ver a Lance, y quizás a ofrecerle agua.

Nada más verlo el cubanito se abrazó a él, estar con el vínculo por más de cinco minutos al principio les afectaba y les era imposible, ahora no les costaba tanto, pero por otro lado era más difícil de controlar.

-Una última vez y ya está,_el ojivioleta lo consolaba, que el morenito solo quería algunos mimos.

Kolivan iba haciéndolos pasar en parejas para observarlos bien, ver que había que mejorar y que estaba bien.

Por fin llegó su turno, se despidieron de los mayores y respiraron profundamente.

El circuito estaba lleno de veteranos con un buen control, se adaptaban al nivel que tenían y se lo ponían un poco más difícil.

-Chicos, son mis novatos, suave los dos se descontrolan aún y Lance no mide fuerza a veces, aún no han logrado hacer el vínculo estable, ¡Lance, Keith, vamos!,_les anuncio.

-¿Listo?,_le preguntó Lance y el morenito asintió.

Las luchas en pareja eran complejas, pero con coordinación y buena conexión, era pan comido.

Aún no podían usar ninguna arma, eran menores.

Y las armas realmente los escogían a ellos, eran reliquias, se activaban con la energía correcta, y no todos podían hacerlo.

El pitido sonó, los dos se miraron, Lance tenía unos sentidos superdesarrollados, por lo que detectar posiciones de otros no le era complicado, hacerlo con el vínculo.., eso ya era otra cosa.

-Keith a tus tres,_le anunció, justo antes de que un hombre saltase encima de su compañero.

El azabache era hábil, esquivo, y placo, no había que hacer más, solo esquivar, las luchas se daban en la arena.

-Listo, su acompañante tiene que estar cerca, los vampiros son más difíciles de detectar, atento,_le advirtió el ojivioleta, corría al lado de Lance, le hizo unas señas que el morenito entendió, las entendía sobre todo por el vínculo.