Diez

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Antes de nada avisaros de que esta historia está siendo robada por otra plataforma, si leéis esto en otro lugar que no sea Wattpad, salir rápido, usar wattpad que es una plataforma segura ^^.

-Keeeeeef, me aburro,_el cubanito le estaba dando con su dedo en la mejilla.

Estaban muy cerca, a nivel de compartir el aire, pero llevaba tiempo sin que eso importase.

-Son las cinco y media, déjame dormir un poco más, anoche no me dejabas,_si Keith supiera como no le dejaría dormir.., vaya noches de autoplacer por su culpa.

-Porfaaaaa, es nuestro último día libre.., abrirán las puertas de las armas ancestrales para que todo el mundo las vea, muy pocos consiguen vincularse con una.., quiero verlas,_le dijo bajito, revolviéndole un poco el pelo, joder, que así cortito le quedaba genial y adoraba ver el símbolo que los unía en su nuca.

-Quieres ver si atraes a alguna, y no, no podemos ir, no a las cinco y media de la mañana, abren a las diez, asi que déjame dormir,_se quejó el ojivioleta.

-Vale, un ratito más,_un besito ñoño en la frente que no recibió ningún comentario.

Solo un par de sonrojos, y la calma de la luz de la luna que se filtraba, que el sol no despuntaba al salir.

Lance desde pequeño soñaba con poder ser lo suficientemente fuerte como para ser portador.

Esas armas aumentaban la habilidad, eran trozos de un material metálico que existió hace años y se crearon con alquimia.

El tipo de arma variaba según el portador, Keith y Shiro las conocían de primera mano por su padre, fue portador de una de ellas, y por supuesto por su madre, que portaba una.

Era un simple collar de cuero con un emblema marcado en una medalla del metal, cambiaba de tamaño y forma.

Lance soñaba con poder tener la suya propia, como uno de sus antepasados la tuvo hace unos milenios, los vampiros rara vez lograban la conexión, los guardianes eran mejores en ello.
Keith era mejor en ello.
Siempre lo era, la conexión más de una vez fallaba por si culpa.

El vampiro tenía miedo, miedo de que Keith se diera cuenta de lo mucho que lo quería, de lo mucho que lo amaba.

-Eres bonito, muy bonito,_le acaricio el pelito,_pero eso no va a evitar que te despierte,_el menor estaba aún completamente dormido.

Y si.., tal vez.., quizás no lo pensó demasiado, solamente lo besó.
Fue suave, sin mucha presión, en los labios, con un cariño infinito.

El problema fue que Keith despertó ante el contacto, modo Bella durmiente, pero algo más rápido y por supuesto atrayendo a Lance para profundizar el beso.

-¿Qu-Qué ha sido eso?,_le preguntó el morenito, sin despegar su frente de la ajena, en un murmullo, con miedo.

-No lo sé, dímelo tú,_le respondió en el mismo tono.

-¿Un besó de buenos días no me pegues por despertarte?,_le preguntó el ojiazul, separándose un poco para verlo bien.

-No, no es eso, déjame, déjame y déjate,_Keith le pidió abrir vínculo, Lance accedió.

El ojivioleta se incorporó, acercándose despacio a Lance, estaban completamente inundados por los sentimientos ajenos.

-Por eso no quería abrirlo cuando entrenábamos a veces.., creía que tú.., que te daría asco o algo,_le confesó el más alto.

La risa del menor hizo un eco suave y cómodo en la habitación, abrazó al chico pecoso, realmente estaba ciego.

-Me gustas desde que somos críos Lance, desde siempre, no se como no te has dado cuenta,_le respondió dándole un besito suave.

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