— Bueno... — empezó a decir Sebastian al ver a su amigo enojado — ¿y si vamos a cenar a mi casa? Para ponernos al día.
— ¡Es una grandiosa idea! — coincidió la ojiazul sonriente, intentando aligerar el ambiente.
— Por mi está bien, ¿Qué dices, Chris? — preguntó Alexa sonriendo hacia el rubio, ajena a los celos que sentía el actor por lo recientemente ocurrido con Wilson.
Chris al ver esa sonrisa se relajó de inmediato, no iba a dejar que le arruinara sus planes, ni su cita con Alexa, sin más entrelazo sus manos y la acercó hacia su boca, depositando un suave beso en el torso de ella.
— Lo que tú quieras hacer esta bien para mi, preciosa — aceptó Evans, dejando que Alexa decidiera.
— Mandilón — se burló Sebastian, lo que provocó que Karlie le diera un manotazo.
— Te callas, vamos por pizza, Alexa y yo queríamos eso desde el almuerzo y no alcanzamos en el comedor — ordenó Prinsloo.
— Si, amor, lo que quieras comer, vayamos por ello.
— Ahora quien es el mandilón — se burló Alexa, defendiendo a Evans, quien soltó una carcajada, ante la mirada de reproche que Stan le dedico a su amiga.
Sin más, Karlie se subió en el auto del rumano mientras que Chris, quien se negaba a soltar la mano de Alexa, la ayudó a subir a su auto, para seguir al rumano hacia su hogar.
Al subirse al auto y sin poder contenerse, Evans se giró hacia ella y tomó su rostro entre sus manos para dejar un beso en sus labios, algo que Alexa desde luego no rechazó. Al separarse el no pudo hacer otra cosa que sonreír.
— ¿Y eso por qué fue? — preguntó Alexa confundida pero feliz.
— Porque te amo — respondió.
Alexa asintió, imaginándose por donde iba la cosa, estaba muy celoso y quería marcar territorio, sin embargo no dijo nada y solo sonrió.
Ambos iban conversando sobre el día de Alexa en el hospital, el actor amaba escuchar la emoción en las palabras de ella al escuchar lo mucho que había aprendido, fue así hasta que hablaron sobre Íker que ya había sido dado de alta que el estado de ánimo de la chica decayó un poco.
— Mi amor, pero Íker ya estará mejor — la consoló Evans cuando Alexa le empezó a contar que el pequeño había sido dado de alta con un adorable puchero — piensa que ya tendrá una niñez normal, ¿a qué niño le gusta estar en un hospital?
— Si, lo sé, pero me encariñe muchísimo con el — sollozo levemente — soy una tonta, no me hagas caso.
— Tú no eres una tonta — negó Evans con las vista en el camino — me gusta que seas así, eres compasiva y amorosa, te preocupas por los demás, deberías de sentirte orgullosa de ser parte del grupo de doctores que le devolvió su niñez a ese pequeño.
— Gracias, Chris.
— Mira, aún no han llegado, ¿Qué tanto tiempo lleva comprar la pizza? — preguntó burlón el rubio mientras se estacionaba — espero que no se quedaran en otro lugar.
Alexa soltó una carcajada y le dio un manotazo al actor. Chris sonrió ante eso, la risa de la chica era música para sus oídos.
— Mañana no trabajo, tengo día libre — mencionó Alexa sonriendo.
— Lo traduciré como: Chris, me puedes secuestrar hasta mañana en la noche — respondió Evans muy sonriente girándose hacia ella mientras se quitaba en cinturón de seguridad.
— No lo sé, necesitas convencerme — contestó en tono coqueto.
Chris se acercó hacia ella y empezó a dejar besos por todo su rostro, trazando un camino hacia su cuello, en donde estuvo un buen tiempo. Alexa cerró los ojos y se dedicó a disfrutar el quehacer del rubio, siguió un camino culminando en sus labios en donde dejó un beso hambriento, con ganas de más, antes de que la castaña se subiera en el regazo del actor, el sonido del auto de Sebastian los hizo separarse.