Un mes ya había pasado desde que Alexa comenzó su internado, las ojeras eran muy visibles y el cansancio era demasiado, pero el aprendizaje y todo lo que estaba viviendo era insustituible. Chris por la tarde volvería de Boston junto a Dodger, durante ese tiempo los mensajes entre el y la castaña eran en todo momento, siempre y cuando no estuviera haciendo rondas u ocupada.
Luego de aquel incidente con Íker, Wilson fue reubicado a otra área fuera de pediatría, cuando se enteró que el gran Chris Evans lo había delatado, enfureció, pero prometió que no se quedaría así, sabía que Alexa y el estaban nuevamente en contacto, era la platica de todos en el hospital, pues no pasó desapercibido la forma en que el rubio miraba a la chica, pero los sentimientos que el moreno tenía por ella eran muy fuertes y no permitiría que el actor se la arrebatara, no cuando el tenía más tiempo con la chica.
La cirugía de Íker había sido exitosa, pese a que tuvo una larga recuperación, el pequeño sería dado de alta ese día, Chris estaba algo decepcionado por no poder estar ahí, pero se había puesto en contacto con el por medio de Alexa. La chica se sentía algo triste porque su paciente favorito se iría pero a la vez se sentía feliz de que poco a poco volvería a recuperar su niñez.
Alexa caminaba hacia aquella habitación para realizar la última revisión de Íker, y llevar algunos papeles para que el doctor Montgomery firmará el alta del pequeño niño.
— ¡Alexa! — grito feliz Íker en cuanto la chica entro a su habitación.
— No puedo creer que mi paciente favorito se irá — mencionó triste la castaña — Quiero que te cuides muchísimo y que disfrutes y seas muy feliz.
— Te vendré a visitar, tengo revisiones cada mes, preguntaré por ti siempre que venga — prometio el pequeño mientras limpiaba algunas lágrimas que se le habían escapado a Alexa.
La mamá del pequeño niño veía la escena con ternura, sabía que su hijo se había encariñado muchísimo con su doctora, más que con cualquier otro.
— Buenos días, casi tardes — saludó el pediatra entrando a la habitación — ¿Emocionado, Íker?
— Mucho, pero igual triste donde ya no veré a la Doctora Alexa — confesó con una tímida sonrisa — Es mi mejor amiga, ¿Verdad?
Alexa asintió sonriendo, mientras acariciaba su mejilla con ternura.
— Bueno, prometo que Alexa estará presente cuando vengas a revisión — mencionó el pediatra sonriendo de lado — firmaré unos papeles y los pasaremos para que puedan autorizar tu alta, felicidades pequeño.
Alexa, con autorización de su jefe titular, se quedó con Íker cediéndole a una de sus compañeras sus rondas, ambos se encontraban conversando sobre las cosas que el pequeño ya podría hacer, eso era lo mejor de la medicina, especialmente de pediatría, ver a los pequeños aliviarse y volver con calma a sus rutinas.
Finalmente el momento llegó, el pequeño por fin dejaba el hospital agradeciéndole a todos sus doctores, en especial a la castaña, al verlo partir Alexa lloró pero se sentía muy feliz por el.
— Estará bien — la consoló Wilson quien pasaba por ahí y la vió llorar.
— Lo sé, tendrá una vida feliz — respondió Alexa limpiando sus lágrimas.
Sin poder evitarlo, Anthony la abrazo, algo que desde luego tomo por sorpresa a la castaña, pero le correspondió, lo necesitaba, poco estuvieron así, pues un carraspeo falso los hizo separarse.
— ¿Vamos a comer, Lexie? — preguntó Karlie sonriendo de lado.
— Claro, Karls, vamos — respondió Alexa — Nos vemos luego, Anthony, gracias.