Mi vida fue difícil, varios obstáculos se hicieron presentes en mi camino, pero los supere con valor e inteligencia.
Muchos me consideran una piedra en el sultanato, yo me considero su protectora.
Fui la hija de un sultán y ahora soy la esposa de un...
Las cosas siguieron su curso normal, pero dentro de ese tiempo ocurrieron desgracias. Sin embargo, una de ellas dejo totalmente marcado al Sultán Selim: la muerte de su esposa Selimiye y sus hijos Mehmet y Osman.
La hija que tuvo con su esposa, Ayşe Sultan, quedó a cargo de su hermano Mehmet y su esposa Esmehan Sultan.
Y eso no fue lo único, se corrió el rumor de que la hija adoptiva de Süleyman, fue ejecutada por órdenes del Sultán Selim. Nadie entendía el porqué de esa desición, pero las únicas que lo disfrutaron fueron Nurbanu y su hija Şah. Sin embargo, pronto se llevarían una agradable sorpresa.
—¿Quieres que llame al doctor? —preguntó Mahidevran a su hijo Selim.
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—No madre —respondió Selim seguido de una terrible tos—. Estoy bien...
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—Claro que no estás bien hijo, tu condición es delicada.
Selim sonrió y le pidió a su madre retirarse. Ella acepto no muy convencida.
Una vez solo, Selim tomó papel y tinta, y comenzó a redactar una carta con destino a Manisa.
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Manisa
En la provincia del heredero, todo se estaba descontrolando. Los jenízaros exigían al Şehzade Murad una mejor paga por sus servicios, además de beneficios para uso personal. Todo estaba a punto de irse a la borda...
