12 de Diciembre, 1574
Como ya se había dicho anteriormente, el hombre no es eterno y lo mismo aplica para las eras; todo tiene su tiempo y debemos aceptar cuando el mismo se ha acabado.
Después de una larga lucha contra el tifus, el Sultán Selim Khan sucumbió ante la misma. Las personas que estuvieron a su lado en sus últimos momentos fueron su hermana Safiye y su amada sobrina Seher Bellinay. Esta última lloraba a mares.
Ahora todas ellas miraban desde la Torre de Justicia como el féretro del sultán abandonaba el Palacio de Topkapi, su destino es la la Mezquita del Sultán Süleyman.
Mahidevran lloraba amargamente por perder a otro hijo, Safiye lloraba por perder a otro hermano, Seher Bellinay lloraba porque perdió a un hombre que adoraba tanto. Sin embargo, sólo una no lloraba, y el nombre de esa mujer es Nurbanu.
—Ya ha comenzado, la era de Nurbanu Sultán esta aquí —dijo la mujer de cabellos rubios sin ninguna pizca de compasión por la reciente pérdida—. Ahora todo se moldeara a mi manera.
—¿Cómo puedes hablar así Nurbanu? —espetó Bellinay Sultán llena de molestia—. ¿Acaso no conoces tu lugar Hatun?
—Niña estúpida —murmurró Nurbanu para si misma—. Por supuesto que conozco mi lugar, ahora soy la Valide Sultán de este imperio.
—Mi esposo aún no asciende al trono y tú ya te estás autoproclamando Madre Sultana —farfulló Safiye alzando su mano con la intención de golpear a su suegra, pero fue detenida por la mismísima Mahidevran Sultán.
—No vale la pena perder nuestro tiempo con semejante mujer —dijo la antigua Valide Sultán con enojo disfrazado de pesadez—. A final de cuentas, ser Madre Sultana depende de Murad.
—¿Y por qué dices eso Mahidevran? —preguntó Şah Sultán, hija de Nurbanu.
—Si mi nieto quiere puede dejar a su madre como una eterna Kadin.
Dichas estas palabras, Mahidevran y el resto de su familia a excepción de Nurbanu y Şah, abandonaron la Torre de Justicia dejando a dos mujeres hechas un manojo de nervios y furia.
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ᴘʀᴏᴛᴇᴄᴛᴏʀᴀ ᴅᴇʟ ꜱᴜʟᴛᴀɴᴀᴛᴏ © || ꜱᴀꜰɪʏᴇ
Historical FictionMi vida fue difícil, varios obstáculos se hicieron presentes en mi camino, pero los supere con valor e inteligencia. Muchos me consideran una piedra en el sultanato, yo me considero su protectora. Fui la hija de un sultán y ahora soy la esposa de un...