Consuelo

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La británica tenía sus ojos caídos, estaba deprimida. Cuando la primera lágrima amenazaba por salir, sintió un bulto en su boca, inmediatamente dirigió la mirada hacia arriba encontrándose con la noruega.

-¿Po' qué tienes tu pecho en mi b-boca? -Trataba de modular bien, mas aquello se lo impedía.

-Había leído que cuando un bebé quiera llorar, poner un pecho en su boca bastaba. -Respondió la noruega.

-¿Y..? -Dijo Tamara, esperando otra explicación.

-Tú, eres mi bebé. -Respondió la mayor. Tamara río.

-Te amo ja, ja, ja. Creo que quiero estar triste más seguido.

Cortos ToriTamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora