XXIX

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Salome no dijo nada, me acerque a ella y la mire

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Salome no dijo nada, me acerque a ella y la mire.

— dime... ¿sientes celos?

— jamás sentiría celos, sabes perfectamente que eso no va conmigo— apago la cafetera.

— lo sé y es por eso que quiero que te alejes de Santiago— sus ojos se abrieron con sorpresa.

— ¿que?

— que quiero que te alej-

— entendí— dijo molesta—¿te gusta y quieres que me aleje?

— no— dije negando y ella rió saliendo de la cocina.

— claro que te gusta, de lo contrario no estarías diciéndome eso.

— no lo hago por ese motivo— la seguí.

— ¿entonces por qué Jane?, ¿por qué quieres que me aleje de él? — sus ojos estaban poniéndose vidriosos.

— Salome....

— me alejare, esta bien, lo haré...

— no quiero que lo lastimes— dije, ella se dejo caer en el sillón y abrazos sus rodillas.

— yo no quiero que él me lastime—me senté a su lado.

— sé que no eres una chica que este solo con un hombre, no quiero que lastimes a Santiago con eso porque a él le importas.

— no he estado con ningún otro hombre desde que conocí a Santiago— la mire sorprendida, ella mordió su uña nerviosa y me miro— él es importante para mí— dijo sonriendo y dejando escapar una lágrima— y la vida me arrebata todo lo que me importa— sus lágrimas se desbordaron.

La atraje a mí y la abrace con fuerza.

— cuando algo bueno me pasa tengo que estar atenta para recibir el golpe final que me recordara que no existe tal cosa que me haga feliz.

— sabes...— dije mientras la abrazaba— es tu momento, Santiago te quiere y sé que él te hará feliz.

— ¿en donde está el truco?

— no hay ninguno, si Santiago te hace feliz y tú lo haces feliz a él, si ambos no se lastiman... estaré tan feliz por que estarán bien el uno con el otro.

— creo que me enamore...— se separo de mí y limpio sus lágrimas.

— creo que ambos están enamorados...

Salome salio del apartamento, dijo que no podía esperar para ver a Santiago y decirle que lo que ambos tenían era más que solo sexo.

Me recosté y observe el techo, mañana seria domingo e iría con Nora, sentía que el tiempo iba tan lento...

Mis ojos se cerraron...

— Jade...— una voz masculina se escuchaba.

Baje la mirada, un hermoso vestido blanco cubría mi cuerpo, toque la manga y observe los bordados, era tan hermoso.

La Niña de DráculaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora