Le Survivant

Capítulo 8

Al salir de mi mente, empecé a caminar rápidamente, sin mirar hacia atrás. No quería que Michelle se diera cuenta que estaba plantado a unos metros de ella con el celular roto en el piso. ¿Será el momento de confrontarla? No, estaba muy lejos... además no estaba en mis cabales para conversar con ella tranquilamente, por así decirlo. Así que emprendí el camino a casa algo mareado por la situación. El camino me pareció bastante largo, sumado que la tormenta había empezado y cada paso exigía fuerzas en mí que no poseía. La lluvia era intensa, penetrante y no me dejaba ver con claridad el camino, no había visto una lluvia así en años, todo era tan gris... tan melancólico. Hasta el cielo me decía a gritos que estaba perdido, "No luches más, no tiene caso seguir", recitaba el viento. Mis ojos ardían, como un fuego vehemente, cargados de dolor... no podía quitarme esta agobiante sensación de congoja de encima. A decir verdad, siento que la pierdo totalmente con esto. Siento que la confianza en ella desaparece. Me engañó y nunca dijo nada al respecto sabiendo mi situación. ¿Que buscaba encontrar engañándome de esa manera? ¿Solo actuó todo este tiempo? Sé estaba acumulando la rabia y la impotencia en mi cuerpo. Aun así, parte de mi quería creer en ella... creer que no sabía nada o que ella también estaba siendo engañada. Creer que la Michelle que conozco es la verdadera, la amable y dulce, la que me da sosiego en los momentos de angustia. Mi meditación paro en seco cuando me tope con la reja de mi casa, sin darme cuenta, estaba a punto de entrar a otro infierno.

Ya adentro, caí en seco en el sillón de la sala de estar. Me senté y apoyé mis codos en mis rodillas llevando mis manos a mi cabeza. Solo quería que este día acabara, pero me di cuenta que recién empezaba cuando vi a mi padre entrar por la puerta principal. Sabia que no era prudente el acercarme en el estado en que estaba, podría entorpecer todo lo que he logrado hasta ahora. Pero algo en mi despertó, algo en mi sabia que mi padre era el culpable de la mayoría de cosas que me estaban pasando. No, no me podía quedar callado...

- ¡Solo miren quien llegó! - dije luego de ponerme en pie y aplaudiendo sarcásticamente- ¡El rey de la casa!

- ¿Que te pasa, Javier? ¿Acaso estás borracho? – respondió algo sorprendido, pero con la misma frialdad de siempre-

- Me gustaría, Iván, me gustaría que solo fuera una mala borrachera... pero sabes... tengo un par de cosas que decirte...-

- ¿Como que "Iván"? - me interrumpió- muéstrame el respeto que me merezco, mocoso insolente-

- ¿Qué respeto mereces? En lo que a mi concierne no eres mas que un ser egoísta y sin escrúpulos. Alguien así solo merece que lo traten como la basura, como la purria que es –dije sacando parte de la rabia que tenía acumulada –

- ¡¿De que carajo me estas hablando?! Frio y sin escrúpulos... leíste eso de alguna parte seguramente. No me conoces, Javier... no sabes que estas haciendo. – dijo con cierto tono de amenaza- ten cuidado con lo que dices a tu Padre...

- Por fin tienes algo de razón, Padre- dije con tono de burla- no se mucho de ti porque has sido un padre terrible. Nunca has estado para mí ni para nadie... pero se lo suficiente para decirte con seguridad que eres un maldito enfermo...

- ¿Acaso la niñita creció? ¿acaso ya te pusiste los pantalones? - me dijo como si estuviera metiéndome en su juego- Quizá ese coraje de cuarta te sirva con las personas que crees que te quieren. Pero conmigo no muchacho, conmigo no te va a servir. ¿Acaso quieres hacerme enojar? ¡Ya se! Quieres sacarme información sobre... ¿tu madre? - me dijo con un tono que me hizo enojar aún más – .

- Ni se te ocurra nombrarla... tu boca es una cloaca que no merece decir su nombre.

- Ahora entiendo Javier- dijo sospechosamente calmado- ahora entiendo porque actúas así... ¿tu noviecita te dejo? ¿Te engaño? ¿Al igual que la ramera de tu madre? Creo que ya sabes que ella tenía un gran secreto...