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- ¡Es mi maldita vida!, ¡dejame vivirla tranquila! - quedo en silencio y miro mis ojos, su mirada profunda llena de odio y misterios.

- No lo haré - sentencio y salio de el baño ando un portazo.

Trague saliva y coloque mi vestido antes de que alguien mas entra, me mire al espejo, lave mi cara y acomode mi cabello para al menos parecer decenre ¿que estaba haciendo? yo no era asi. Porque necesitaba hacer algo como esto? suspire enojada conmigo misma, con Jefnier, con la situacion y sali del baño de hombres, tratando de ser lo mas sutil posible, aunque nadie lo percato ya que todos bailan sin fijarse en lo demás.

Mire a ambos lados, creo que era hora de Irme, sali por la puerta principal y me frene en la vereda ¿Que demonios haría? ni siquiera sabia como llegar a mi apartamento, solo lo pensé y aparecí aqui.

Camine un poco tratando de encontrar una solución y me pare en la esquina frustrada, cerré mis ojos, intentando hacer lo mismo de hace unas horas, pensé y pensé y al abrir los ojos seguia en el mismo lugar, trate una vez mas pero no funciono, grite frustrada y parece una botella alejandola de ahi, comence a llorar de rabia, no lo se, quiza siga en el efecto del alcohol. Me sente en la vereda y tape mi cara, debia estar hecha un desastre, llorando, en la calle, con el delineador todo corrido, agradeceria que no pasara nadie a esta hora. Escucho una vicina y miro al frente, se encontraba un auto negro, le vi bastante parecido al de el  bar de hace unas semanas, fue cuando mire atravez del vidrio y vi la cara seria de Jefnier que ni siquiera me miraba, solo tenia su vista al frente. Me pare y subi del lado del copiloto.

Apenas cerré la puerta el auto arranco, espere que él dijera algo, pero no fue asi. Espere unos minutos pero no tenía idea de a donde se dirigía.

- ¿A donde me llevas?.

- A tu departamento - dijo sin mirarme.

- Jefnier.

- Callate, no quiero escucharte.

- Pues, yo siempre debo escucharte - le reclame.

- Parecias una puta barata, revolcandote con ese estúpido.

-Ya basta - chille - si nunca hubieras aparecido esto no pasaria - Jefnier me miro estupefacto, como si buscara algun motivo para justificarse.

- Pues, si no me hubieras creado, no estaría aqui - se defendio y tape mi rostro, no queria discutir mas.

El trayecto siguio en silencio y nadie dijo ni una sola palabra. Pero cuando aparco el coche y era hora de bajarme no pude quedarme callada.

- ¿Podrias al menos explicarme porque me pasa esto?.

- No te preocupes - dijo molesto - no estare aqui por siempre, recuerda que soy solo una creación no tengo vida realmente.

- ¿Te iras? - mi voz cambio totalmente y ahora hablaba despacio.

- En algún momento lo haré.

- Pues - tome mi orgullo - que bien eso es justo lo que deseo.

- Que bien por ti - dijo sin importancia.

- ¿A donde irás?.

- Tu solo ponte feliz porque te dejare sola.

- Tienes razón - dije fria y me baje del auto.

- Adiós.

No escuche respuesta y al pisar la vereda el auto arranco a gran velocidad desapareciendo al instante. Saque la llave y abri la puerta, de inmediato subi las escaleras y me meti al baño. Mire mi reflejo en el espejo una lagrima se deslizo, no queria que se fuera.

Mi Pesadilla Donde viven las historias. Descúbrelo ahora