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- Jefnier - murmure.

- ¿Que sucede?- él susurro de Emmanuel sobre mi cuello me hizo apartar la mirada.

- Jefnier- lo mire.

- ¿Quien es Jefnier?- me miro ofendido, como si hubiera confundido su nombre.

- Debo irme.

- _____.

- Creeme que es un error Emmanuel- lo interrumpi y retrocedi saliendo del salon-suerte con Hanna- le desee antes de salir corriendo.

Me salte varios escalones al bajar al primer piso y sali de la universidad asotando la puerta ¿A donde se habia ido? Debia encontrarlo, saber el porque de todo, necesitaba estar con él.

Corri varias calles y senti el asfalto humedo y la brisa helada que recorria mi anatomia por la velocidad que ejercían mis pies. Llegue a un banco con flores secas alrededor como una plaza pequeña o no lo se, la misma en donde habiamos hablado aquella vez que que se marcho, lo vi sentado el podía estar en mi mente cuando quisiera así que supuse que ya debió saber que me encontraba detrás de él. Me pareció raro que no se ha ido al saberlo el podía desaparecer y estar en cualquier lugar que quisiera, pero no se habia ido, y eso era bueno para mi supongo.

- Jefnier -musite en el silencio pleno pero el no contesto- Jefnier por favor-me sente a su lado y el agacho su cabeza hacia un costado ignorandome - volviste - sonrei sin darme cuenta.

- Venia solo a buscarte.

- ¿Me llevaras contigo?-me ilusione.

- Para avisarte-me ignoro por completo- que Derek te esta buscando-busque su mirada pero él me esquivaba-debes tener cuidado. Logre despistarlo un poco pero no tardara en encontrarte, no tienes mucho tiempo.

- ¿Que se supone que deba hacer?.

- Negarlo-pauso - Te preguntara si nosotros tuvimos algo.

- ¿Es necesario negarlo?.

- No-se corrijio- Debes decir la verdad, le diras que no

- Jef...

- Nunca tuvimos nada _____- me interrumpio y ahora si me miro. tenia sus ojos rojos y el cabello despeinado- Nada-repite con frialdad, clavandome su mirada de reproche, confusión, desesperacion, decepcion y despecho.

- No mientas-tartamudee.

- Yo no te menti-se paro y miro a la calle.

- ¿Eso es todo?.

- Me ire, evidentemente no hago falta aquí.

- ¿Así sin más?. -le mire incredula y frunció el seño con resentimiento, me miro por ultima vez y desparecio, supongo que eso era un si.

No podia llorar, tenia aquel nudo en el estomago, el lagrimal inundado de agua pero mis ojos se estancaban en no querer desperdiciar alguna. Ese vacio en el pecho y la desesperacion, las ganas de gritarle al mundo tus problemas, la necesidad de abrazar a esa persona e intentar arreglar algo, camine a casa, tratando de abrir la puerta y escuche un ruido al girar la cerradura, entre manteniendo la calma, pero no habia nadie. Vi pasar una sombra por el pasillo y camine temblorosa hacia el interruptor de la luz pero antes de que pudiera llegar a encenderla algo me dio vuelta y me coloco contra la pared juntando nuestros cuerpos, casi aplastandome.

- Mierda _____ no puedo estar sin ti-dijo sobre mis labios agitado, trago saliva y mire sus ojos que resaltaban en la oscuridad.

- Jefnier.

- Claro que tuvimos y tenemos algo-me miro serio- ese idiota me las va a pagar... Eres mía pequeña. - sentencio.

- Pero....

- Te extrañe - me interrumpio nuevamente cuando abrí mi boca para contestarle volvio a hacerlo pero esta vez con sus labios. De una forma deseosa, desesperada. Volver a sentir su sabor, su aroma, su cuerpo, su respiración, su aliento, lo necesitaba, lo necesitaba para vivir.

Mi Pesadilla Donde viven las historias. Descúbrelo ahora