- Todo fue un juego, una apuesta para quedar bien, nunca sentí nada hacía ti. - sus palabras eran tan secas que con cada cosa que salía de su boca me dolía - olvida lo que pasó porque realmente no fuistes nada en mi vida.
Las lágrimas querían salir...
El sol mañanero iluminaba mi habitación abrir lentamente los ojos y me levanté estirando me.
- Hoy es un nuevo día de alegría.
Si me gustaría decirlo algún día pero la realidad es que tenía la alarma sonando hace 5 minutos y no tenía ganas de levantarme. Por el sonido de la puerta supuse que alguien había entrado pero no le di importancia hasta después cuando sentí un líquido helado caer sobre mi. Me sobre salte y me levanté rápido, tan rápido como pude de la cama pero con mi mala suerte, mis pies se enredaron con las sábanas mojadas y estás me hicieron caer tan fuerte que me dolió hasta el pelo.
- Que bien que por fin te levantas.- reconocí la voz al instante.
- Hijo de tu... - me calle cuando mamá paso por el pasillo.
- Yo le di permiso.- Y con eso se fue dejándome con el dolor y a Gerald con una sonrisa de victoria.
- Ya verás en el instituto, porque se perfectamente que fue tu idea.- Dice entre dientes mientras lo seguia fulminando con la mirada.
- Como me conoces tan bien hermanita.- Y se fue
Me levanté sobándo mi trasero y busque mi outfit antes de entrar al baño.
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ELISA...
Cuando baje me encontré con mi esposo.
- Los chicos ya se están arreglando.- Dije para que notará mi presencia
Me miró frío y sin ninguna expresión en su rostro.
- Acaban de llamar
Sabía lo que eso significaba, lo único que hice fue bajar la mirada y con el mismo tono pregunté
- Que te dijeron ?
- Su hijo está por venir.
Se nos agotaba el tiempo y lo sabíamos
- El...lo sabe? - Mi voz salía temerosa
- Todo - su tono era borde - y no se interpuso en lo absoluto.
- Daniel... Solo tendrán un año - Sentía la necesidad de dejarlo todo, huir con mi familia pero ya era demasiado tarde. - Crees...que ellos querrán un futuro haci.
- Eli... Ellos ya no tienen opciones, es sí o sí, puede que sólo uno vaya.
- Daniel son inseparables, donde va uno va el otro.
- No hay elección.
Estaba apunto de echarme a llorar en sus brazos, pero unos pasos bajando por las escaleras me detuvieron.
- Mamá quien está mejor vesti...
Mis dos niños habían bajado vestidos casi igual, de color negro.
