𝐂𝐎𝐑𝐀𝐙𝐎́𝐍 𝐏𝐄́𝐑𝐅𝐈𝐃𝐎 || 𝐊𝐓

• EPISODIO 2 •

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Con la fuerte lluvia que se presentaba, corría a todas partes por la ropa tendida afuera, mi mamá no se encontraba en nuestra pequeña casa, por lo tanto, debía hacerme cargo de todos los qué haceres del hogar, no estudio, no trabajo, pero soy buena en todo lo que se refiere a los labores cotidianos de limpieza, lastimosamente por la condición económica que mi madre y yo vivimos no he tenido la oportunidad de conocer un colegio o una ¿Cómo le llaman? ¿"Universidad"?, Puede ser, creo que así fue como mi mamá le llamó una vez a ese lugar que vimos en una revista, en fin, mi papá me ha abandonado a los tres años al igual que a mamá, entre las dos nos esforzamos para seguir adelante sin ese señor, para ser sincera, siendo una niña el dolor era impresionante, imaginar y saber que tú propio padre no te ame debe ser duro, sin embargo, no teníamos porqué rogar a alguien que desde un principio no te amó, mi madre y yo fuimos lo suficientemente fuertes para salir adelante, aunque nuestra situación no sea la mejor de todas, tenemos un hogar en el que nos damos mucho amor entre ambas, para mí eso es suficiente, claro que, debía admitir que estar aguantando las goteras del techo no es cualquier cosa, cuando menos lo esperas un chorrito de agua te está cayendo en la cabeza, además de eso, no tendría queja alguna.

Justo ahora es momento del almuerzo, mamá regresa del trabajo como a las siete de la noche, por lo que no debo hacer tanta comida, debo bajar al río por algo de agua, luego ir al mercado cerca en el pueblo, son muchas cosas, pero de tanto hacerlo se vuelve una costumbre, apesar de que no estudio o no ayudo a mi mamá de forma monetaria, supongo que puedo hacerme cargo de cosas pequeñas como éstas, a mi misma me he recordado las veces que pensé en que mi madre también me abandonaría, pero no sucedió, gracias al de arriba me ha cuidado muy bien y es por eso que puedo decir que soy feliz, el dinero es algo que todos necesitamos para sobrevivir, pero no lo era todo, he conocido historias de personas ricas que se mueren de la peor forma aunque tengan mucho dinero, son bastantes cosas las que he aprendido en estos dieciocho años que tengo, desde que mi papá me abandonó, hasta que mi mamá trabaja como sirvienta de un hogar para mantenernos a ambas, seguramente todas las personas en mi posición, conocen perfectamente la humildad y la pobreza, enfrentamos dificultades en cada momento, no ha sido sencillo sobrevivir, pero tampoco teníamos el derecho a quejarnos..

---Buenos días don Jerry -Le saludé con la misma sonrisa amable de siempre-
---¡Buenos días _______! -Con entusiasmo me miró por poco tiempo, ya que estaba sacando el oloroso y recién elaborado pan- Llegastes a tiempo, como verás está recién sacado del horno

Era un hombre demasiado agradable diría yo, siempre venía a la misma hora por su exquisito pan, tan suave y con un buen aroma, el mejor panecillo con el cual acompañar un café, mamá vendrá cansada al igual que todos los días, por eso le prepararé éste gesto para que se relaje y pueda dormir tranquilamente.

---¡Cuéntame! -Se animó a hablar- ¿Cómo está tu mamá?

Ahí estaba él de nuevo, preguntándome por mi madre, desde hace tres años él quiere estar con ella, sé que mi mamá también está interesada en él, creo que a mí no me molestaría verla enamorada de nuevo junto a un buen hombre como Jerry, por eso yo también era participe de cualquier gesto romántico que Jerry, el panadero, tuviera con quién me dió a luz.

---Ella está excelente, me ha contado ayer por la noche que han hablado mientras ella regresaba a casa
---¡Si! ¡Así es! Fue agradable hablar con ella, es tan amable y el parecido que tienes con ella es impresionante
---Me lo ha dicho siempre, estoy orgullosa de poder ser como ella, muchas gracias
---No es nada, es más, llévate ésta ración como un regalo -Me dió la bolsa de papel con el pan en su interior-
---¿En serio? -Me sorprendí- ¿No cree que es demasiado? Mamá se molestará si le digo que no pagué por él
---No tienes porqué decirle, sé cómo es ella, así que, ésto debe quedar como un secreto entre ambos -Colocó uno de sus dedos sobre sus labios, dándome a entender que guardara silencio-
---Bueno, está bien, muchas gracias por el gesto -Agaché la cabeza en forma de agradecimiento-
---No hay de qué, será mejor que te apures y regreses a tu casa, antes de que la lluvia se ponga peor
---¡Si! ¡Voy ahora mismo! ¡Nos vemos Jerry!
---¡Hasta luego _______!

Fue así, como cumplí con una de todas mis obligaciones, corría entre la fría brisa para llegar a mi modesto hogar, lo único que repetía en mi mente, es que los recipientes bajo las goteras no estuvieran llenos aún, ¿Se imaginan? ¡La casa puede inundarse! Dios mío, eso no puede pasar ahora.

Continúe con el paso aligerado, mis pies estaban llenos de lodo, la lluvía está refrescante, pero no es como que pueda disfrutarla por mis preocupaciones en casa, mi vestido blanco cuyo largo estaba al menos cuatro dedos arriba de la rodilla, estaba empapado, era el único limpio que tenía ¿Qué debía hacer?

----¡Es ella!

El fuerte grito entre la lluvia, me hizo levantar mi vista hacia la calle, unos hombres robustos de chaqueta y capucha negra venían corriendo hacia mi, no los conocía, por eso, me alejé del lugar pensando que correría peligro cerca de sujetos como ellos, cierto, la trata de mujeres últimamente está muy acelerada, he escuchado que muchas chicas de éste pueblo han desaparecido, mi madre me pidió tener cuidado cada vez que saliera, ¿Será que justo ahora estoy en ese peligro que tantas han vivido?

---¡Te tengo! -Presionó mi muñeca-
---¡No! ¡Suélteme! -Forcejé para que me soltara- ¡No lo conozco! ¡Déjeme en paz!
---¡Joven Caesar! -Gritó y otro hombre pero más delgado, apareció-
---¡Súbela al auto, es ella!

Y con una fuerza brutal de parte del que me sostenía, me arrojó al suelo, se puso encima de mí con un pañuelo mojado tapándome la nariz y la boca, perdía la conciencia lentamente, por el olor extraño de esa tela no podía mover mi cuerpo con voluntad, mi vista pasó sobre el otro chico quién se quitó la capucha y me miraba seriamente, no lo conocía y aunque fuera alguien atractivo, daba mucho miedo..