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ALEXIS TUMBLER Garrido

Luego de aquella hermosa noche, Enma y yo fuimos caminando a su casa donde, con mucho desespero, la esperaba su abuela.

__ No dejes de llamarme cuando llegues— Se despidió Enmaily dándome un inesperado beso y cerrando la puerta de su hogar.

Me dirigí a mi casa rápidamente con mi perro guía, mejor dicho, mi mejor amigo.

Mientras llegaba a casa reía solo cada vez que revivía en mi mente los agradables momentos con Enmaily, quien ahora es mi novia. En más de una ocasión ella me dijo que estaba agradecida de que yo llegara a su vida. <<¡¡Dios!!, que chica más tonta, ¡¡¿cómo no se da cuenta que aquí quien está agradecido soy yo?!!>> eran las únicas cosas que pasaban por mi mente, pues solo llegué a tener una novia cuando tenía 14 años, quien me dejó luego de que quedara ciego por completo.

Mi familia poseedora de dinero al fin, principalmente mi padre, siempre han comprado con dinero todo lo que deseen  << tranquilo querido hijo, siempre que tu padre tenga dinero, las mujeres nunca te faltarán >> solía alardear mi padre mientras le pagaba a las mejores prostitutas del país para que tengan aventuras conmigo. No lo niego, lo disfrutaba y más cuando era joven y le presumía a mis amigos del colegio que me acostaba con más mujeres que cualquier adulto, sin embargo con el pasar del tiempo empecé a sentirme vacío, empecé a necesitar personas ya sean mujeres u hombres que aprecien mi compañía por lo que era, no por ser el heredero y unigénito de los Tumbler.

Así fue como me convertí en una persona solitaria con tan solo 27 años, cuando se suponía que debía vivir lo que era la vida loca, fiestas en la finca de mis padres, muchos amigos y darme todo el lujo y la moda que había en el mundo; fue cuando convertí mis libros y la música en mis únicos compañeros. Empecé a ir solo a las cafeterías de la ciudad, empecé a escribir todas aquellas cosas que quería contar, empecé a independizarme de la ridícula fortuna de mi familia, a desarrollar mejor mis sentidos para así no necesitar de nadie para ayuda, a eliminar de mi vida todas aquellas cosas que no necesitaba y tomar el minimalismo como estilo de vida.

Sin embargo la vida tiene una manera extraña de encontrar nuestro punto débil y poner en nuestro camino las personas que realmente necesitamos. ¿Quien diría que aquel 14 de febrero, cuando más solo me encontraba, llegó una dulce muchacha interesada al bar a cambiarme la vida?, creo que sería muy loco de contar, pero sin duda, detrás de todo aquel interés y ambición que habita en ella para ganar más de lo que necesita; hay una una Enmaily jodidamente dulce que me necesita (sin referirme a lo económico) quizás más de lo que yo la necesito a ella.

(...)

Llegue un poco cansado de caminar a casa. Abrí la puerta feliz del olor que llegaba a mi nariz, ¡¡han pedido Pizza!!.
Empecé a dar pasos leves con la intención de no hacer ruido y despertar a mis padres, sin embargo, por las pequeñas risas que mi padre, quien no conocía la seriedad dejaba escapar, me di cuenta de que me observaban.

__ ¿No ven que son las 4 de la madrugada?, ¿qué demonios buscan despiertos?— cuestioné mientras volvía a dar pasos normales hacía la cocina.

Por un molestoso sonido chirriante supuse que los 2 se encontraban en la escalera, ya que este era el único lugar de la casa que tenía madera.

__ Solo te esperábamos para que nos cuentes tu experiencia con la prostituta que elegiste esta tarde— contestó mi padre confirmándome que estaban situados en la escalera.

__ Pensé que esa prostituta se había robado a mi bebé— continuó mi madre haciéndome saber que se dirigía hacía mi__ ¿Qué tanto hicieron que llegas tan tarde a casa?— agregó mientras me abrazo por detrás y recostó su cara en mi espalda.

Quite los pesados brazos de mi madre de mi cuerpo y tome 2 pedazos de pizza en una sola mano, para poder llevar la fría Coca-Cola que tome de la nevera con la otra; con la única intención de irme rápido de aquel cuestionario que mis padres me hacían.

__ No le vuelvan a llamar prostituta— hablé por fin__ Es mi novia— finalice chocando duramente los hombros de mi madre, a quien no tenía que ver para saber que ardía de rabia al saber que estaba enamorado de una chica lejos de sus expectativas.

__ Tienes que saber muy bien a quien permites pertenecer a la fami...— Interrumpí a mi padre pisándolo fuertemente "sin querer".

Y así fue como dormí con una sonrisa en mi rostro recordando la sensación de dar un beso real.

Cuando tus ojos me miran Donde viven las historias. Descúbrelo ahora