Don't see you

11

 Debí estar contigo hasta el final..

Se sentó en la silla morada de Vegetta mientras dejaba papeles, pluma y tinta encima de la mesa, arreglando su cabello dorado tras su oreja, ordenando su vestido blanco y soltando un suspiro. Tomo la pluma con su mano izquierda, la punta la unto en la tinta negra, su mano derecha yacía en su pecho, donde es encontraba su corazón. Tomo aire y levanto su vista, viendo a Vegetta entrar con Rubius y hablar entre ellos, jugando y burlándose entre ellos. Sonrió, y mientras hacia presión con su mano en su pecho, hacia bailar la punta en tinta sobre la hoja, con una expresión de dolor pero aun así, su linda sonrisa no desaparecía.

"Vegetta, mi amado.

          Te escribí esta carta porqué, en la vida, sin enemigos no es vida. Si lees esta carta, es porque  ya no me encuentro a tu lado, mi amado guerrero.
   Espero que hayas encontrado la felicidad después de mi muerte, o no podría descansar en paz  al saber que el hombre que amo esta en una pena de muerte que lo desgarra de su corazón.  Vegetta, escribo esta carta para decirte que antes que Afrodita me secuestrara junto con las demás doncellas, era una ninfa de Persefone, la diosa de la primavera y reina del inframundo, yo era una ninfa para servirla y hacerla compañía. Pero Hades un día donde mi Diosa estaba recogiendo flores, se la rapto.
Era horrible, venia el invierno, las flores desaparecieron, los arboles dejaron de crecer sus hermosas hojas, el césped se sequaba, Demeter se había ido de la tierra humana por en busca de su amada hija. Las ninfas estaban desesperadas.
Era un caos, amado, un caos. 
Cuando volvió Persefone, todo volvió a la normalidad. Pero mi Diosa tenia que volver con Hades a 6 meses, lo duradero de invierno.

Zeus le dio una apuesta a Hades para que mi Diosa se quedara permanentemente con el, era robar las alamas gemelas, a sus amados, o mejor dicho, el final del hilo rojo. Robar a la persona que mas ames en el mundo, que para tus ojos, que cuando lo veas, sea las mismas estrellas y lunas que se ven en el azul cielo. Que esa persona sea a la que quieres llevar en tu corazón por siempre. 
Mi valiente guerrero, te digo esto no solo por mi, si no porque, mi muerte tiene un propósito. Mi Diosa me dijo antes que Afrodita me raptara, que yo moriría cuando mi corazón estuviera envueltas en espinas  por amar a un hombre, y ese fuiste tu. Te amo con todo mi corazón, con cada suspiro que doy cuando te veo. Por que yo en ti vi miles estrellas y una enorme y hermosa luna blanca. Mi Diosa me dio esa maldición por Hades, para no sufrir bajo sus manos. 
Querido, se que eres feliz, y se que ya encontraste a esa persona que tanto... "

- ¿Pero tu eres tonto, chaval? - Akira levanto su rostro al escuchar gritos fuera de la mansión, se levanto de su sitio y camino al frente del cristal morado, viendo a Vegetta y a Rubius jugando y gritando. 

- Ti iris tinti. Venga, Vegetta, ¡viejo verde! - Akira sonrío y se dio la media vuelta volviendo a su sitio, sentándose y acercándose a la mesa dejando su cabello tras su oreja, tomando la pluma. Levanto la vista de las hojas y vio a su esposo y su amigo charlar felices, ella sonrió mientras de sus ojos caían lagrimas saladas. Suspiro y se limpio el rastro de lagrimas, untando la punta de la pluma en tinta para volver a la hoja.

"...esa persona que tanto amas, aun si no soy yo. Si eres feliz, seré feliz.
Jamas te sientas culpable, amado, jamas. Piensa en el futuro, haz realidad esos locos y maravillosos sueños que tienes. Nunca olvides que te amo. Y nunca olvides amar a esa persona.

                                                                 Tu amada, Akira."

¿Podemos amar a Akira? Iba a dejar a Akira como la mala, pero después de leerme la primera temporada y ver que puse a Vegetta muy triste por la perdida de su amada, y que tenia dudas de porque murió, quise dejarla como la doncella mas hermosa y dulce, o sea, como es en Karmaland.
Dejare un corazón por Akira: 💜

(Mientras escribía esto, estaba en una clase xdd, la profe pensó que estaba escribiendo todo lo que ella decía y yo como; ow, sisi)