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El grupo de 11 caminaba con un rumbo fijo, siguiendo a los dos humanos al frente, Jun y Minghao dirigían la caminata con total seguridad. Sus padres habían hablado con ellos desde que eran muy jóvenes, advirtiendo que, si en algún momento algo ocurría en el castillo, era su deber como futuros miembros del consejo guiar hasta ese lugar escondido al príncipe o la Reina, manteniéndolos a salvo en esa cabaña. La verdad es que ni los miembros actuales del consejo o ellos mismos esperaban tener que recurrir a eso en ningún momento, para Jun incluso resultaba absurdo, ¿Por qué el príncipe tendría que huir de su propio castillo? Hasta donde él sabía, era tan fuerte como para luchar y defender su trono si él quisiera. Pero ahora veía que las cosas no eran tan simples como eso. ¿Qué pensaría todo el reino de su futuro rey si llevara a cabo una masacre a la vista de todos? Definitivamente esa no era la forma. Junto con Minghao habían llegado a la conclusión de que tanto la reina como el príncipe estarían en desventaja cualquiera que fuera la decisión que tomaran, con sólo 7 de su especie y con tantos poderes desconocidos para el reino era natural que el resto de pueblo del Giardia sintieran temor por ellos, preferirían ser gobernados por humanos u hombres lobo, que ahora convivían de forma pacífica en el reino, y ellos, quedarían excluidos y marginados por su propia gente.

Dino bajó de los brazos de Jun, se desvistió y cambió a su forma de lobo, comenzó a olfatear por la hierba y gruñó

- ¿Qué pasa Dino? - se acercó Minghao. El pequeño lobo seguía moviéndose de un lado a otro, escarbando, olfateando. De pronto, cuando todos los demás lo habían rodeado gruñó

- ¿Qué es lo que le pasa? - preguntó Mingyu

- Está mostrándonos algo - dijo Wonwoo. Caminó hasta donde él, haciendo todas las hierbas a un lado - ¡No puede ser! - alzó la voz alarmando a todos los demás.

- ¿Qué es? - preguntó Vernon. Wonwoo apartó las hierbas abriéndose de camino. Cuando todos pudieron verlo se llenaron de alegría. Eran huellas, huellas de lobo y uno muy grande, Dino había encontrado el olor de su hermano

- Eres el mejor pequeñito - Seungkwan lo acarició y abrazó mientras Dino se retorcía de alegría entre sus brazos. Jihoon se abrió paso entre todos y vió las huellas buscando algo más, pero no lo vió

- ¿Qué es lo que te pasa? - preguntó SoonYoung

- No hay huellas del Príncipe, sólo están las del lobo - lo miró triste, su expresión no dejaba ver otra cosa que lo mismo que había estado rondando en la cabeza del vampiro, angustia y miedo por perder a su príncipe. SoonYoung se compadeció de él, se agachó a mirar las huellas a su lado, efectivamente no había más huellas que las del lobo, pero éstas se miraban más profundas de lo que deberían

- Las huellas... Parecen ser mucho más profundas, ¿No les parece?

- Seungcheol es un lobo mucho más grande que el promedio - dijo Vernon

- No creo que sea la única razón, ¿Y si llevaba al príncipe en su lomo? Eso podría explicarlo - sugirió Wonwoo

- ¿Estás insinuando que el príncipe es pesado? - le habló un malhumorado Jihoon

- ¡¿Qué?! ¡No! - se defendió el lobo de prisa

- ¡Claramente eso quisiste decir! ¡Podría llevarte a la horca! - gritó

SoonYoung intervino tomando de los hombros al pequeño vampiro, conduciéndolo en dirección a las demás huellas, mientras el otro seguía maldiciendo al lobo de voz gruesa que sólo agachaba la cabeza ante la declaración

- Lo siento Wonwoo - se disculpó el mayor de la Guardia - Jihoon está algo sensible por toda esta situación, te pido que lo perdones y trates de entenderlo - dijo amable y distinguido. Lo que se esperaba del jefe de la Guardia

FEAR (JEONGCHEOL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora