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Una semana había transcurrido desde que Jeonghan y el resto habían llegado a la cabaña. La noche en la que el rubio se enteró de que un miembro inocente del consejo había muerto, lloró hasta quedarse dormido. Personas aliadas a Leeteuk que aún permanecían en el castillo habían descubierto su cuerpo flotando en un río y habían enviado una paloma mensajera.

Aún estando tan lejos de casa, las personas que estimaba seguían muriendo una tras otra, deseó que Jun y Minghao le dijeran lo que seguramente estaban pensando, quería que alguien lo culpara por la muerte de todas esas personas inocentes. Sin embargo nadie lo hacía.

"Hazte fuerte Jeonghan" "conviértete en ese Príncipe que tu reino necesita"

Eso es lo que SoonYoung le había dicho. Y eso es lo que haría. Al igual que todos ahí, Jeonghan comenzó un entrenamiento especial con Jun, mientras Minghao y SoonYoung se encargaban del resto. Todos entrenaban por horas, se fortalecían con el paso de los días. Realizaban sus tareas de forma organizada, y después, pasaban horas en los jardines, aprendiendo sobre ellos mismos y los otros, llevando al límite sus habilidades, sacando provecho de cada pisca de fuerza en ellos, acoplándose para trabajar en equipos y ser más y más fuertes que el día anterior

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- Muy bien Jeonghan - le dijo Jun a través de su mente - Muéstrame lo que tienes

Jeonghan estaba de pie en medio del bosque, mantenía sus ojos cerrados. Podía escuchar decenas de sonidos distintos; el cantar de las aves, el río fluyendo con armonía, el viento rozando las hojas de los árboles, haciendo que las copas más altas se menearan unas con otras, la respiración de Jun, los latidos de su corazón...

- Mantén tus ojos cerrados - le indicó - Aprende a ver con el sonido, con tu olfato - Desde que Jeonghan se familiarizó con su habilidad para leer mentes y gracias a la ayuda de Jun, no eran necesarias las palabras. Jeonghan aprendió a separar los sonidos mezclados y escuchar lo que él quería, de entre todos los sonidos en el bosque, sólo se concentraba en la voz ausente de Jun.

El hombre daba vueltas alrededor del rubio, lanzaba rocas aleatoriamente tratando de confundirlo. En un movimiento rápido golpeó con una rama su pantorrilla, Jeonghan sólo se quejó por el ardor, sintió su pierna quemarse

- No estás concentrado - le dijo - Ojalá yo pudiera saber en qué estás pensando

Jun tenía razón, su cuerpo estaba ahí pero su mente estaba en la cabaña, podía oír las risas de Seungcheol y Dino a pesar de que se habían alejado lo suficiente. Jun volvió a golpear su pierna, esta vez en el muslo, haciendo una nueva herida y abertura en su piel a través de la ropa. El cuerpo de Jeonghan estaba lleno de moretones y cortadas que manchaban sus ropas de sangre. Jun le había enseñado que la mejor forma de enseñar a su cuerpo a estar alerta y crear resistencia al dolor, era con más dolor. Esta vez había dolido como muy pocas, apretó los dientes reprimiendo un grito de dolor, sabía que si lo hacía, Seungcheol vendría a detener su entrenamiento como muchas veces lo había hecho ya. Jun le había enseñado también, que en el momento en que él demostrara dolor ante su enemigo, el juego se terminaba para él

- Abre tus ojos - ordenó

Cuando el rubio lo hizo, Jun lanzó una patada a los tobillos del vampiro, haciéndolo caer sobre la hojarasca. Se levantó tan pronto cayó, él y Jun empezaron a intercambiar golpes de todo tipo, las horas de arduo entrenamiento finalmente habían dado resultados, Jeonghan aún no podía seguirle el ritmo, pero sin duda se estaba defendiendo bien

- ¡Anticipa mis movimientos! - dijo sin dejar de intercambiar golpes

Jeonghan obedeció, leyó la mente de Jun y logró frenar su brazo antes de que golpeara su pecho lo sujetó por un momento y vió una oportunidad, intensificó su aroma e hizo que Jun cayera de rodillas en un segundo, el peso sobre sus hombros era demasiado. Jeonghan tomó su barbilla y lo obligó a mirarlo, sus ojos azules brillaron sobre los de Jun, en ese momento su cuerpo le pertenecía. Se dejó caer frente a él, respirando agitado. Jun tomó con sus propias manos la rama con la que momentos a antes lo había golpeado, la partió por la mitad y llevó una de las puntas filosas hasta su garganta

FEAR (JEONGCHEOL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora